La dureza del agua es el nivel de compuestos de calcio y magnesio disueltos y, con menor frecuencia, algunos otros metales. La razón principal de la dureza de la mayor parte del agua potable es la presencia de elementos naturales: el agua se disuelve bien y absorbe las impurezas con facilidad. Originalmente se denominaba agua dura a aquella con la que era difícil lavar algo: el jabón no formaba espuma (debido a la composición química del agua). También las sales de calcio y magnesio disueltas contribuyen principalmente a la formación de cal en las tuberías y calentadores de agua y causan numerosos problemas en lavaderos, cocinas y baños.

El agua dura puede dividirse en dos tipos: dureza permanente y dureza temporal. Se diferencian principalmente en que el agua con dureza temporal se puede ablandar hirviéndola; el agua con dureza permanente no se puede ablandar hirviéndola, sino que requiere utilizar un ablandador especial o un intercambiador de iones.

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