Dependiendo de las condiciones del terreno, existen varios tipos de tablas de snowboard:

All Mountain. Un tipo universal que se adapta a cualquier terreno, ya sean pistas de esquí especializadas, nieve recién caída en el bosque o un parque de estilo libre. Apto para todos los niveles de uso. Una muy buena opción para un deportista principiante que aún no ha tenido tiempo de decidirse por el tipo de terreno y el estilo de uso.
Freeride. Esta tabla se utiliza para bajadas fuera de los senderos equipados, por ejemplo, en el bosque o en las montañas. Por lo general, estas son más rígidas. Están diseñadas para movimientos direccionales, con la nariz de la tabla bajando todo el tiempo. Adecuadas para quienes buscan estabilidad a altas velocidades, en nieve profunda y bajadas pronunciadas. Como regla general, tales tablas no son adecuadas para saltar sobre barandillas en los parques. Están diseñadas para practicantes de snowboard con una experiencia de nivel medio a superior. Pero también se pueden encontrar modelos para principiantes.
Freestyle. Este es un estilo de bajada alpina en la que el deportista realiza varios trucos. Los amantes del freestyle suelen andar en parques especialmente equipados para ello, donde hay barandillas, muros, trampolines y mucho más. En este caso, la tabla es más corta, más ligera y simétrica en ambos lados para que sea más fácil de rotar y más cómoda de maniobrar.
Powder. Por lo general, una tabla de powder está diseñada específicamente para condiciones en las que ha caído nieve fresca y profunda, formando una capa blanda (powder = polvo). Tiene la nariz más ancha y una cola más estrecha.
Splitboard. Esta es una tabla 2 en 1 especial para vacaciones de invierno. Se puede dividir por la mitad en 2 esquís separados para cubrir los tramos de la ruta cubiertos de nieve. Si el terreno lo permite, las 2 mitades pueden volver a unirse para realizar la bajada como un snowboarder.

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