Si el color de tu escritorio choca con el resto de la decoración de tu despacho, eso puede tener un impacto negativo sobre tu productividad. Compra uno que encaje con el estilo de los demás muebles a su alrededor. Por ejemplo:

Verde: puede ayudar a la gente a volverse creativa y tener la mente más abierta. También puede ayudar a las personas en la oficina a ser innovadoras y con visión de futuro.
Blanco: es posible que tenga un aspecto moderno y limpio, pero también puede dar una sensación fría y parecer más propio de un hospital. Esto puede provocar que la gente piense demasiado en algo que no ayude a mejorar su productividad laboral y que cometa más errores mientras tanto.

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