Si te entró agua en los oídos mientras nadabas o te bañabas, intenta una de las siguientes acciones:

Seca el canal auditivo con una toalla o un paño suave, asegurándote de no introducir el paño en el canal auditivo. Inclina la cabeza hacia abajo o recuéstate sobre la oreja en la que se ha filtrado el agua. Tira suavemente del lóbulo de la oreja hacia abajo para enderezar el canal auditivo y facilitar la salida del agua. Si estás de pie, también puedes agitar ligeramente la cabeza de un lado a otro.
Enciende la secadora de pelo en la posición de potencia más baja y trata de secar el canal auditivo cuidadosamente. Mantén el dispositivo al menos a 30 cm de la oreja, utilizando solo aire frío. Tira también del lóbulo de la oreja hacia abajo y seca durante varios minutos hasta que notes que el agua empieza a evaporarse.
Inclina la cabeza hacia un lado y presiona la palma de la mano contra la oreja. Con un movimiento de empuje, presiona rápidamente la palma de la mano con mayor firmeza, creando así un vacío dentro del oído. Si lo haces bien, el agua saldrá del oído en pocos segundos.
Utiliza la maniobra de Valsalva. Cierra la boca y aprieta las fosas nasales con los dedos. Inhala y luego exhala lentamente el aire por la nariz. Deberías oír un ligero sonido de chasquido, que indica que las trompas de Eustaquio del interior del oído se han abierto. Inclina la cabeza y deja que el agua salga del oído.
❗ Respira por la nariz con mucho cuidado para no dañar el tímpano con un movimiento brusco.

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