Los propios términos “preciosas” y “semipreciosas” pueden ser engañosos, ya que dan la impresión errónea de que algunas piedras son intrínsecamente más valiosas que otras. Sin embargo, esto no es del todo cierto.

En realidad, una piedra preciosa es un mineral, una roca o una sustancia orgánica que se ha cortado y pulido para convertirse en una pieza de joyería u otro accesorio. Las principales cualidades que debe reunir cualquier piedra preciosa son la rareza, la durabilidad, la dureza y la belleza, mientras que las piedras semipreciosas solo poseen una o dos de estas cualidades.

Las piedras preciosas más raras y preciadas son los diamantes, las esmeraldas, los rubíes y los zafiros. Todas las demás piedras preciosas se clasifican como semipreciosas.

Algunas rocas y sustancias orgánicas también se clasifican como piedras preciosas. Entre ellas se encuentran el lapislázuli, el ópalo, las perlas y el ámbar.

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