Coloca una cacerola con una gran cantidad de agua en la estufa y déjala hervir.
Agrega sal al gusto (la receta clásica para 1 litro de agua es de 1 cucharada de sal).
Vierte la pasta en la cacerola calculando unos 75 gramos de pasta seca para 1 porción.
Mezcla la pasta y baja el fuego hasta el mínimo. Cuécela durante el tiempo indicado en el envase. Si quieres obtener un platillo al dente, reduce el tiempo de cocción 1 o 2 minutos. Revuelve periódicamente. Si cueces las hojas de lasaña para el platillo con el mismo nombre, al final colócalas en agua con hielo durante un par de segundos para evitar una “cocción adicional” por la influencia del calor residual.
Apaga el fuego, pon la pasta en el colador y deja que se escurra toda el agua. Sirve la pasta lista en la mesa junto con el platillo principal.

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