Ponte los guantes en las manos. Esto te permitirá enjuagar bien las áreas de difícil acceso y controlar mejor el proceso de lavado.
Humedece ligeramente los guantes. Para hacer esto, colócalos bajo la corriente de agua por un par de segundos. Es importante humedecerlos solo un poco y no mojarlos por completo.
Usa jabón para limpiar cuero o jabón líquido con crema. La última opción está creada especialmente para lavar los productos de cuero, por eso es preferible usarla, aunque el jabón líquido normal también cumplirá muy bien su tarea. Enjabona los guantes, prestando mucha atención a las áreas de difícil acceso y altamente sucias. No frotes demasiado fuerte para evitar dañar el cuero.
Enjuaga el resto de la espuma del jabón con agua ligeramente tibia. Los movimientos deben ser similares a los que realizas al lavarte las manos. Presta atención a que los residuos de jabón no se queden en la superficie. Todo debe quedar muy limpio.

❗ Nunca remojes los guantes en agua y evita lavarlos en lavadora. El cuero es un material delicado que no tolera la humedad en exceso, tampoco los efectos agresivos.

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