Los depósitos de grasa de los muslos pueden ser causados por una dieta desequilibrada, un estilo de vida sedentario, un tono muscular bajo y una predisposición genética. Por lo tanto, el primer paso para deshacerse de las “orejas” debe ser la corrección nutricional:

Divide tu ingesta diaria de alimentos en 5 o 6 porciones pequeñas y establece un intervalo entre comidas de entre 2 y 3 horas. Idealmente, durante el día se debe desayunar, almorzar, merendar, tomar una colación y cenar.
Reduce la cantidad de grasas en tu dieta, dando paso a las proteínas. Estas últimas ayudarán a fortalecer el tejido muscular y a aumentar su tono. Al mismo tiempo, las grasas no deben desaparecer por completo de la dieta, porque también forman parte de una nutrición saludable. Incluye en el menú pescado graso, nueces y semillas, aceites vegetales, especialmente aceite de oliva. Limita la comida chatarra y otras fuentes de grasas trans, como los productos horneados.
Trata de evitar salar tus alimentos. Un exceso de sal, que según la Organización Mundial de la Salud se observa en la mayoría de la población mundial, aumenta la hinchazón y promueve la acumulación de grasas. Trata de consumir no más de 5 gramos de sal por día. Esto es aproximadamente 1 cucharadita de la especia.

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