La conducción distraída es una de las causas de al menos el 12 % de los accidentes de tráfico. Dado que la tarea de conducir depende principalmente de la atención visual, cualquier cosa que haga apartar los ojos de la carretera durante cierto período puede clasificarse como distracción. Solo hacen falta 2 segundos para aumentar el riesgo de sufrir un accidente.

Los hombres jóvenes son un grupo de riesgo particular, que regularmente cambian su atención del camino a otra cosa y sienten que las distracciones están fuera de su control. Las personas neuróticas y extrovertidas también son más propensas a verse afectadas.

En cambio, las mujeres mayores son menos propensas a distraerse en el camino. Un aspecto importante aquí es también la sensación de control, la creencia de que todo depende exclusivamente del conductor.

Para minimizar el impacto de las distracciones en la conducción, evita utilizar el teléfono móvil y otros aparatos mientras estás manejando. También hay que ser especialmente cuidadosos a la hora de encender la radio, ya que suele ser causa de pérdida de concentración.

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