Existen 3 principales tipos de músculos:

Lisos: se encuentran en los sistemas internos del organismo, por ejemplo, intestinos, vasos sanguíneos, entre otros. Son músculos involuntarios, ya que su contracción ocurre independientemente de nuestro deseo consciente.
Cardíaco: es un músculo estriado involuntario y el tejido principal de las paredes del corazón.
Esquelético: son músculos estriados que se adhieren a los huesos y en conjunto forman el aparato locomotor.
Cabe señalar que todos los tipos de músculos tienen la misma composición en su base, a pesar de que realizan diferentes funciones. Todos están compuestos de fibras elásticas que, a su vez, están formadas por una gran cantidad de pequeños filamentos fibrosos.

Para realizar un movimiento mecánico, se activa el sistema nervioso, el cual se compone de músculos esqueléticos, el cerebro y nervios. En promedio, cada músculo tiene de 50 a 200 neuronas motoras. El cerebro envía una señal, la cual desencadena una reacción que realiza la contracción y el movimiento.

Además de proporcionar todas las funciones motoras en el organismo, los músculos también sirven para:

Fortalecer los huesos y proteger las articulaciones
Acelerar la tasa metabólica
Mantenerse en forma
Mitigar las actividades diarias
Reducir el riesgo de desarrollo de enfermedades

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