Seleccionar el horario adecuado. Los rayos solares son más activos entre las 10:00 y las 16:00. Es mejor limitar la exposición a los rayos del sol en esas horas, incluso en invierno.
Cuidarse de las quemaduras solares. Las quemaduras aumentan considerablemente el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Buscar la sombra. Intenta pasar la mayor parte del tiempo en la sombra, pero recuerda que los paraguas, árboles y toldos no ofrecen una completa protección del sol.
Ser cuidadoso cerca del agua, nieve y arena. El hecho es que en esos lugares se reflejan los nocivos rayos solares, debido a lo cual pueden provocar quemaduras.
Tener cuidado con el sol y las camas de bronceado. La luz ultravioleta puede causar cáncer de piel y arrugas.
Vestirse correctamente. Algunos objetos del guardarropa protegen perfectamente del sol. Por ejemplo, los sombreros de ala ancha protegen los ojos, orejas, rostro y cuello. Las gafas de sol son capaces de proteger tus ojos de los rayos UV en un 99–100%. Mientras que la ropa holgada de un tejido grueso protegerá tu piel del sol.
Utilizar protector solar. En todas las zonas expuestas se debe colocar protector solar con un FPS 30 o mayor, aproximadamente 20 minutos antes de salir. Si trabajas, nadas, haces ejercicio, o juegas al aire libre, se debe volver a colocar protector solar cada 2 horas.
Vigilar el índice UV. El índice UV da la oportunidad de comprender qué tan peligroso es exponerse al sol. Se puede tomar en cuenta para planificar eventos al aire libre.

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