Tanto el café instantáneo como el molido parten de la misma materia prima: los granos de café verdes. Se tuestan en grandes lotes y luego se muelen. Aquí, el proceso del café molido está terminado, mientras que con el instantáneo es mucho más complicado.

Los granos de café se tuestan, se muelen y se tratan con agua caliente. Posteriormente, la humedad de la bebida concentrada resultante se evapora mediante diversos métodos. La liofilización conserva más el sabor y el aroma naturales del café, pero es más cara y requiere más trabajo que otros métodos.

El café instantáneo puede conservarse en la despensa de 2 a 20 años, incluso si el envase ha sido abierto. Como el café instantáneo está deshidratado, puede permanecer “fresco” mientras no tenga contacto con el líquido.
El café instantáneo tiene algo menos de cafeína.
Se distingue por su precio relativamente bajo.

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