Como hemos dicho, la diferencia entre el año tropical y el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor del Sol es de 0,242189 días. Son poco menos de 6 horas. Si fueran exactamente seis horas, es decir, 0,25 días, podríamos simplemente añadir un día más cada 4 años, tal como se hacía en el calendario juliano. Pero dado que la diferencia es inferior a seis horas (de 0,242189 días), el calendario gregoriano tiene un conjunto de reglas más complejo. El resultado es que cada cuatro años tenemos un año bisiesto, pero no siempre.
De esta manera se evita que exista un desfasaje cada vez mayor entre el calendario y las estaciones.

El conjunto de estas reglas es el siguiente:

Si el número del año no es divisible entre 4, entonces es un año normal.
Si es divisible entre 4, pero no entre 100, es un año bisiesto.
Si, al mismo tiempo, es divisible entre 4, entre 100 y entre 400, también es un año bisiesto.
En todos los demás casos, es un año normal del calendario.

Revisemos los años 2000, 2016, 2022 y 2100 de acuerdo con estas reglas:

2000 es, a la vez, divisible entre 4, entre 100 y entre 400. Este año es bisiesto.
2016 es divisible entre 4, pero no entre 100. También es un año bisiesto.
2022 no es divisible entre 4. Es un año normal.
2100 es divisible entre 4 y entre 100, pero no es divisible entre 400. También es un año normal.

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