Controla los niveles de humedad interior con un higrómetro. Es mejor no permitir niveles de humedad superiores al 60 % en el interior. Para ello, evita secar la ropa dentro de la casa, si es posible, y cubre las cacerolas con una tapa durante la cocción.
Deja que el aire fresco circule libremente en la habitación: abre las ventanas con más frecuencia, verifica el sistema de ventilación; si es necesario, instala una campana extractora no solo en la cocina, sino también en el baño. Asegúrate de que haya espacio libre entre las paredes y los muebles.
Comprueba que las paredes estén bien aisladas para mantener mejor el calor en la casa. Recuerda que debes calentar y ventilar incluso las habitaciones que no utilizas.

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