7. Vincular el consumo de agua a los hábitos diarios. Por ejemplo, bebe un vaso de agua después de cada taza de café o de cepillarte los dientes.

8. Renunciar a los jugos y bebidas carbonatadas en favor del agua. Es una excelente manera no solo de beber más líquidos, sino también de reducir la ingesta de calorías.

9. Comprar un bonito vaso o botella. Esto aumenta la probabilidad de que tengas a mano este recipiente con agua siempre.

10. Utilizar un recipiente grande para controlar el progreso. Para saber con certeza que bebes tu norma diaria, vierte toda la cantidad de líquido en una botella del tamaño adecuado. De este modo, siempre verás cuánta agua te queda por beber. Si llevar una botella grande te resulta incómodo, toma varias pequeñas.

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