Comienza con un calentamiento: dedica de 5 a 10 minutos del ejercicio para calentar los músculos de todo el cuerpo, y preparar los ligamentos y tendones para la carga. Luego, comienza con una caminata rápida, progresa gradualmente a un trote lento y continúa aumentando gradualmente la velocidad. No te detengas: en los primeros 20 minutos el cuerpo extrae la energía del glucógeno y recién entonces comienza a quemar grasas. Por ello, se recomienda dedicar al menos 30 a 40 minutos a la parte principal del entrenamiento y finalizarlo con un estiramiento para dar una carga completa a todo el cuerpo y calmar los músculos.

Para perder más calorías, necesitas una carga intensa, pero es importante no agotarse demasiado, por lo que el entrenamiento a intervalos es la opción ideal: durante un cierto tiempo corre rápido, luego lentamente, luego rápidamente de nuevo, y así sucesivamente. Puedes medir los intervalos por períodos (en minutos) o por distancia (en metros).

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