La mayoría de los gérmenes son completamente inofensivos para nosotros. Sin embargo, hay algunos que pueden ser peligrosos, como los que se encuentran en el baño:

Virus gastrointestinales que causan enfermedades estomacales. Entre ellos, el norovirus. Estos gérmenes se propagan durante la descarga de agua. Se transmiten fácilmente y permanecen en superficies duras durante una semana.
Patógenos intestinales que pueden ser transportados por las heces. Entre ellos se encuentran Escherichia coli, Salmonella, Shigella y Campylobacter.
Bacterias cutáneas y respiratorias como el Staphylococcus aureus, incluida la cepa resistente a los antibióticos MRSA, y el estreptococo del grupo A, conocido como “bacteria carnívora”.
Infecciones por hongos, como el pie de atleta. Se transmiten al caminar descalzo en el baño.
Otros hongos que son comunes en las duchas. No provocan infecciones, pero pueden agravar el asma y las alergias.

A pesar de todas las temibles bacterias enumeradas anteriormente, la buena noticia es que solo un 1-2 % de todos los gérmenes son patógenos. Existe la posibilidad de contraer algo, pero si se respeta una buena higiene personal, doméstica y alimentaria, el riesgo se reduce al mínimo.

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