La imagen que tienes delante muestra la ilusión óptica de Munker-White. Las rayas multicolores de la imagen crean el efecto de que los corazones tienen 3 tonos diferentes. Sin embargo, todos son del mismo color: amarillo.

Existe una compleja relación entre las longitudes de ondas de la luz en el espectro visual y la percepción del color por parte de las personas. En términos sencillos, el color es la sensación que se tiene cuando los rayos de luz inciden en la retina. Es un fenómeno psicológico subjetivo. Su percepción depende en gran medida del contexto en el que se presenta el objeto percibido. Investigaciones han demostrado que percibimos los colores de forma diferente según el sexo, la nacionalidad, la etnia, la ubicación geográfica y el idioma que hablamos. En otras palabras, no hay nada objetivo en los colores.

El número de fotorreceptores en la retina humana es variable. Como el número de conos de nuestros ojos varía mucho, nuestro cerebro debe ser capaz de ajustar automáticamente los datos que llegan de la retina. Por lo tanto, las variaciones individuales en la percepción del color no pueden ser únicamente una cuestión de la naturaleza y el número de conos (o fotorreceptores) en la retina. También podrían ser el resultado de que personas con diferente número de conos calibren la entrada de la retina de forma distinta.

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