Existen principios generales para cortar los quesos:

El parmesano generalmente se corta con un cuchillo pequeño especial.
El gorgonzola debe cortarse con un cuchillo largo y delgado para queso blando en trozos lo suficientemente gruesos. Su forma puede variar según la presentación.
El brie es un queso blando que puede fluir, por lo que hay que cortarlo con un cuchillo muy afilado. Este es un queso redondo, por lo que debe cortarse como un pastel en trozos triangulares.
El maasdam es un queso con grandes agujeros, se corta en trozos rectangulares.
El gouda es un queso semiduro que se debe cortar en lonchas de varios milímetros de grosor, pueden tener forma triangular.
El cheddar es un queso que puede ser duro o semiduro. Si tienes queso semiduro frente a ti, córtalo en rodajas finas, que luego pueden ser cortadas en trozos cuadrados más pequeños.
El tête de Moine se corta con la ayuda del cuchillo girolle. Se corta en virutas.
La mozzarella es un queso blando y joven que no se puede cortar en rodajas finas porque puede perder su forma y desmoronarse. Por lo tanto, generalmente se corta en trozos bastante gruesos con un cuchillo afilado.
El gruyere es otro queso duro que se corta en trozos rectangulares con un cuchillo fino.
El tilsit, al igual que otros quesos semiduros, se puede cortar en trocitos rectangulares.
El requesón es un queso blando que no se corta debido a su consistencia. Se puede servir en un bol, untado sobre pan, tostadas, galletas saladas o incluso productos horneados dulces.
Suluguni se corta más convenientemente en rodajas grandes para que no pierda su forma.

Al armar un plato de queso, recuerda que todos los tipos de queso presentes en el plato deben cortarse de diferentes maneras y distribuirse a medida que se intensifica el sabor.

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