Las belugas (Delphinapterus leucas) son ballenas dentadas. Aparentemente, son parecidas a los delfines, y forman parte del infraorden de los cetáceos. Sin embargo, pertenecen a la familia de los monodóntidos.

Una beluga es fácil de reconocer por su color blanco o gris blanquecino. Las crías suelen nacer de color gris, pero cuando tienen un mes de nacidas, se vuelven gris oscuro o gris azulado. Posteriormente, comienzan a perder su pigmentación, hasta que adquieren su color blanco característico a la edad de 7 años en las hembras y a los 9 años en machos.

Las belugas habitan exclusivamente en aguas árticas, y su color es una adaptación a la vida en el Ártico. Esto les permite camuflarse en los casquetes polares para protegerse de sus enemigos, los osos polares y orcas.

A diferencia de otros cetáceos, las belugas tienen una muda temporal. En invierno, la epidermis se vuelve más gruesa, y la piel de los animales puede tornarse amarillenta, en particular la del lomo y aletas. En verano, cuando las belugas migran a las desembocaduras de los ríos, se rozan contra la grava en los lechos para deshacerse de su piel y recuperar su color blanco habitual.

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