La genética: la sensibilidad de los folículos pilosos está determinada genéticamente.
Nutrición y estilo de vida poco saludables: una dieta rica en proteínas (carne magra, huevos, judías, pescado), zinc, vitamina D, C, hierro y zinc es importante para mantener un ciclo de crecimiento del cabello saludable. El cabello también necesita ácidos grasos omega-3.
Las condiciones corporales transitorias, enfermedades o dolencias, como el embarazo/parto, la pérdida repentina de peso, los problemas de tiroides, la cirugía, las infecciones por hongos, la quimioterapia o la radiación, entre otras, pueden causar esto. Es necesario consultar a un especialista médico para descubrir la causa subyacente de la caída del cabello.
Ciertos medicamentos: en caso de que sufras una pérdida de cabello inusual, consulta a tu médico. Tomar píldoras anticonceptivas, antidepresivos o betabloqueantes puede ser la causa de la caída del cabello.
Altos niveles de estrés: las investigaciones científicas indican que el estrés está relacionado con varias afecciones de pérdida de cabello, como el efluvio telógeno o la alopecia areata.
Cuidado inadecuado del cabello: sé delicado con tu cabello si quieres que se mantenga sano y bonito. Elige cuidadosamente el champú y el acondicionador. Evita peinar el pelo mojado, ya que es 3 veces más vulnerable, y no lo laves con agua demasiado caliente. Además, no lo trates con temperaturas muy altas al peinarlo.
Los peinados tirantes, como las trenzas, los recogidos de cabello tirantes, las colas de caballo y las extensiones pueden causar alopecia por tracción.

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