Por qué las pupilas tienen diferentes formas y cómo esto afecta la visión
El margay y el tigre salvaje son parientes lejanos. Pero mira de cerca sus ojos: a la luz del sol, los ojos del margay muestran pupilas verticales, mientras que los del tigre son dos pequeños puntos redondos. Pensándolo así, un margay y un cocodrilo tienen algo en común, igual que un tigre y un humano. ¿Será cierto?
Ideas en 5 minutos explica por qué las pupilas tienen diferentes formas y qué beneficios aporta esto a los seres vivos.
La pupila es la abertura del iris por la que entra la luz en el ojo. La pupila suele tener una reacción especial a la luz: si pasas de la oscuridad a la luz brillante, la pupila se encogerá y en la transición inversa, se expandirá.
Mírate en el espejo y verás que tus pupilas son redondas. Como las de un perro o un lobo. Las de un gato son verticales, como las de un zorro o un cocodrilo. Se cree que el desarrollo de diferentes formas de pupilas es, por un lado, resultado de la evolución y la adaptación a las condiciones de vida, y por otro, una consecuencia de estilo de vida. Y por la forma de la pupila se puede saber mucho de su dueño.
Qué formas de pupilas hay y qué afectan
Animales como los perros, los lobos y los felinos grandes se caracterizan por tener las pupilas redondas y cazar activamente durante las horas de luz. La forma redonda de la pupila indica que su ángulo de visión no es muy amplio. Pero esto no es una desventaja, ya que los grandes carnívoros no tienen que temer que algo los ataque. Lo principal es tener una buena visión de la presa que tienen delante.
Los dueños de las pupilas verticales, en forma de rendija, cazan agazapados en el suelo y atacan desde la emboscada. Entre ellos se encuentran los gatos comunes, los zorros e incluso los cocodrilos. A pesar de su forma vertical, esta pupila se expande considerablemente en la oscuridad para que le entre más luz. A plena luz se encoge en una estrecha rendija. Debido a esta característica, estos animales pueden ver bien en diferentes condiciones de iluminación y pueden cazar tanto de día como de noche.
Los animales que son cazados por los depredadores se reconocen por la forma horizontal de sus pupilas. Con luz brillante, se dilatan en un rectángulo. Probablemente hayas visto estos ojos en ovejas, cabras o caballos. Gracias a las extraordinarias pupilas, estos animales tienen una vista aguda y un ángulo de visión de hasta 340° (en comparación, un humano tiene un ángulo de solo 180°). Esto significa que los animales con estas pupilas pueden escudriñar casi todo el espacio a su alrededor en busca de depredadores sin tener que girar la cabeza. En otras palabras, pueden comer el pasto mientras se aseguran de que nadie los sorprenda por detrás.
Hay muchos animales con pupilas horizontales en forma de rendija. Por ejemplo los sapos, algunas serpientes y los pulpos están entre ellos. Estos también tienen que estar atentos para no convertirse en presa: estos ojos facilitan la detección de los depredadores que se mueven verticalmente. Al mismo tiempo, sus pupilas también pueden dilatarse para adaptarse a la luz del día y a la oscuridad.
Las pupilas semicirculares que se asemejan a una media luna pueden verse en las rayas, los lenguados y algunos bagres. Esta forma de pupila aumenta el contraste, reduce los efectos de la distorsión en el agua y proporciona un amplio campo de visión para encontrar presas u observar a quienes puedan representar un peligro.
La pupila en forma de W la poseen las sepias. Pero solo puede ser notada en la luz brillante, ya que en la oscuridad su forma cambia a casi redonda. La forma de W permite que la luz del día entre en la pupila desde diferentes direcciones, aumentando el contraste y permitiendo a la sepia ver bien a lo lejos.
Algunas especies de gecos y peces han recibido de la naturaleza unas pupilas que, a la luz brillante, se asemejan a pequeñas cuentas ensambladas en un fino hilo. Estos ojos ayudan al animal a percibir la distancia y a cazar en diferentes condiciones.