Por qué un perro lame a su dueño y 7 comportamientos más con los que cualquiera puede toparse
No importa si tienes perro o no: cada uno de nosotros puede encontrarse en una situación en la que la vida y la salud dependan del correcto reconocimiento del comportamiento del animal. El lenguaje corporal, la marcha, la mirada, una combinación de diferentes acciones; incluso los dueños de perros experimentados no siempre son lo suficientemente buenos para determinar el significado de estas señales.
En Ideas en 5 minutos te explicaremos cómo interpretar correctamente el comportamiento de un perro y prestar atención a posibles señales de alerta a tiempo.
1. Aúlla cuando escucha música
No hay peligro. El aullido y el “canto” melódico son comportamientos normales de los perros, inherentes a ellos por naturaleza. No son un signo de ansiedad. Así es como se comunican los animales. Además, también tienen sus propias preferencias musicales. Puedes realizar un experimento y determinar empíricamente qué sonidos le gustan más a tu mascota: un éxito musical famoso, una aria de ópera o simplemente el aullido de otro perro.
Pero si esto es un problema para ti, prueba lo siguiente:
- Si el perro reacciona a una fuente de sonido específica, hazla más silenciosa.
- Enséñale el comando “¡silencio!”: dale un premio a tu mascota si después de pronunciar la orden deja de aullar.
Aunque a veces basta con simplemente poner otra pieza musical.
2. De repente se vuelve hiperactivo y comienza a correr en círculos, sin ver obstáculos
No hay peligro. Muy a menudo, este comportamiento se asocia con una liberación repentina de energía. El desencadenante pueden ser diferentes eventos, por ejemplo, la alegría y la situación estresante que la precede: el perro estuvo encerrado durante mucho tiempo y luego salió a pasear.
Esta hiperactividad periódica es una reacción normal en los canes. Pero si el animal se comporta de esta manera todo el tiempo, hay que observar más de cerca su comportamiento, tratar de determinar las razones y, si es necesario, buscar el consejo de un veterinario. Y, por supuesto, trata de no estorbar a tu mascota durante una carrera así para evitar una posible colisión.
3. Muestra miedo y sumisión con toda su apariencia, pero al mismo tiempo gruñe y muestra los dientes
Hay peligro. Este comportamiento suele ser confuso. El perro mira recto, no desvía la mirada, la cola está baja, las orejas están separadas o incluso bajas, el cuerpo puede estar inclinado hacia abajo por delante y hacia arriba por atrás. Algunas señales de su cuerpo te dicen que está asustado, mientras que otras (gruñidos, labios levantados y mostrando los dientes, frente tensa) te advierten que está listo para atacar y que puede ser agresivo.
Pero mostrar los dientes no siempre indica agresión. Debe considerarse una combinación de diferentes señales. Por ejemplo, esta puede ser una situación en la que un animal demuestra sumisión: baja la cabeza, mueve la cola, baja las orejas, el cuerpo está relajado, la mirada es suave, pero también muestra los dientes.
4. Se arrastra por el piso sobre la cola
Hay peligro. Puede parecer cómico, pero de hecho no hay nada divertido aquí: este es un comportamiento atípico. Si la mascota se arrastra sentada por el suelo o simplemente se frota en el lugar, esto puede indicar picazón, irritación, dolor u otro problema.
Quizá el problema tenga que ver con unas glándulas especiales que se encuentran en los perros a los lados justo debajo del ano. Contienen un líquido que es una especie de biomarcador que permite a los canes dejar marcas que son comprensibles para otros animales. Si las glándulas no funcionan correctamente, pueden obstruirse. Esto genera dolor e incomodidad a la mascota, provocando que se frote contra el suelo. Otras causas de este comportamiento pueden ser parásitos, alergias alimentarias o irritación después del aseo. En cualquier caso, es mejor llevar a la mascota al veterinario.
5. Empieza a respirar rápido y a relamerse
Hay peligro. Hay muchas señales que, fuera de contexto, pueden ser engañosas. Por ejemplo, un perro respira con frecuencia, aunque no tiene calor y no siente sed (rechaza el agua), o de repente comienza a relamerse, aunque ha comido recientemente. Este comportamiento puede indicar miedo y ansiedad. Un animal que experimenta estas emociones también puede mostrar los siguientes síntomas:
- Las cejas están juntas, la mirada es fruncida y las orejas están separadas.
- El perro se mueve lentamente, a veces incluso se congela en movimiento.
- Bosteza y actúa como si quisiera dormir, aunque no debería estar cansado.
- Mira a su alrededor con nerviosismo.
- De repente se niega a comer, aunque antes tenía hambre.
- Se aparta de ti, se esconde.
- Camina caóticamente.
- La marcha se vuelve lenta.
En una situación estresante, generalmente no se manifiesta una señal, sino varias a la vez. Al mismo tiempo, un perro puede tener sus propias características de comportamiento individuales. Por lo tanto, los signos anteriores deben considerarse como una especie de referencia que puede convertirse en un punto de partida en la observación y el estudio del lenguaje corporal de tu mascota.
6. Lame la cara del dueño
Hay peligro. Si un perro lame la cara de otro perro o la de una persona, este es un comportamiento social normal. De esta manera, el can puede pedirte que compartas comida con él (que comiste recientemente), mostrarte signos de afecto y atención. Los perros a menudo se lamen entre sí o a sus dueños como parte del aseo natural. Si el animal lame repentinamente la cara de un extraño, esto puede ser un intento de calmar a una persona que, en opinión del animal, puede ser peligrosa.
Sin embargo, no hay que olvidarse de ciertos riesgos. Si el perro lame la piel que no tiene heridas abiertas, no es peligroso. De lo contrario, es posible una infección si la herida se humedece con saliva del animal. Además, la saliva de los perros puede contener bacterias que son inofensivas para ellos, pero peligrosas para los humanos.
Y, en general, piensa en lo que podría haber hecho el perro durante el día antes de lamerte. Así que hay que evitar esta manifestación de sentimientos de la mascota, y también lavarse las manos después de acariciar al perro, incluso si vive contigo.
7. Se tumba en algo que huele mal
No hay peligro. Parece extraño que los perros, cuyo olfato es mucho más agudo que el nuestro, tengan la desagradable costumbre de revolcarse en algo que huele mal, aunque los olores desagradables y persistentes deberían, en teoría, repeler a los animales.
No hay una opinión inequívoca que explique esto, pero hay suposiciones que están asociadas con un comportamiento similar de los lobos, los parientes más cercanos de los perros. Algunos expertos creen que de esta forma, los animales intentan saturarse de un olor extraño capaz de ayudarlos a disfrazar el suyo, lo que puede ser importante a la hora de cazar. Otros sugieren que así es como el lobo reacciona ante un olor que le parece interesante: habiendo impregnado su pelaje con él, se lo “lleva” para mostrárselo a los demás miembros de la manada. Pero hay casos en los que varios lobos se tumban en algo a la vez para luego tener un solo olor, que, por así decirlo, los conecte.
8. Tira al dueño de la correa
Si el perro comienza a tirar de la correa y el dueño acelera obedientemente su paso, la persona perderá el control total sobre el animal. Para evitar esto, puedes probar diferentes técnicas:
- Si el perro es fuerte, tan pronto como comience a tirar de la correa, cambia la dirección del movimiento en cualquier ángulo inferior a 180°. Espera a que el animal se detenga. Llama su atención y dale un premio, luego sigue caminando en la dirección correcta.
- Tan pronto como el perro comience a tirar de la correa, da la vuelta y camina en la dirección opuesta. Espera a que el can se detenga. Llama su atención y dale una golosina, luego continúa caminando en la dirección correcta.
- Cuando el perro te arrastre, detente. Finge no notar al animal. Cuando él se dé la vuelta o se acerque a ti, llama su atención y dale un premio, sosteniéndolo en la palma de tu mano cerca de tus piernas (lo que le indicará al perro que se mueva a tu lado, no a una determinada distancia). Luego continúa caminando hacia adelante.