6 Consejos para hacer que las ideas complejas sean fáciles de entender
Siempre llega ese momento en el que uno tiene que explicar algo complejo a un grupo de personas, como clientes, inversores, empleados o jefes. Desarrollar conceptos complejos no siempre es fácil. Independientemente de tu experiencia, todo se reduce a la forma en que tu explicación llega a tu audiencia.
En Ideas en 5 minutos reunimos algunos consejos útiles para igualar las probabilidades a la hora de transmitir ideas complejas de forma clara a cualquier grupo de personas con las que quieras generar confianza.
1. Conoce a tu público y dile por qué debería importarle tu tema
- Para comunicar tus ideas con eficacia, especialmente las más complicadas, es bueno entender a tu público. Lo más probable es que conozcas a alguien por primera vez. Asegúrate de averiguar sus antecedentes, cuánto saben y entienden sobre tu tema, qué idioma utilizan, etc.
- Diles por qué deberían interesarse. Asegúrate de informar a tu audiencia por adelantado si hay una buena razón para entender el concepto que vas a explicar. Esto puede ayudarle al público a prestar más atención.
2. Utiliza un lenguaje sencillo
Habla con la mayor claridad posible. Opta por utilizar un lenguaje sencillo y cotidiano. Evita conceptos o palabras muy técnicos, detallados y llenos de matices, porque es posible que no todo el mundo entienda lo que estás diciendo. Tampoco utilices jerga, acrónimos o frases muy rebuscadas. Es comprensible que transmitir información compleja de forma clara pueda ser un reto. Cuando no puedas evitar simplificar las cosas, asegúrate de definir cualquier término complejo que se mencione.
3. Comprende mejor tu tema
Einstein dijo que si no podías explicarlo, no lo entendías. Por lo tanto, asegúrate de que no haya lagunas en tu propia comprensión del tema. Cuando hables, tómate tu tiempo para dejar las cosas claras e incluso concisas.
4. Desglosa el contenido en secciones pequeñas y elimina detalles que “sobran”
Es posible que tu público no recuerde todos los detalles de las explicaciones que diste. Así que elige los puntos clave y los mensajes que quieres que la audiencia se lleve a casa. Elige un concepto que entienda. Si tu público solo recordará una cosa de todas tus explicaciones, pregúntale cuál sería. Esto también te ayudará a elegir la información que vas a entregar.
No entres en detalles extraños. Asegúrate de que tu audiencia no se pierda en ellos. Ofrece el menor número posible de detalles técnicos. Utilizar un lenguaje sencillo y uno simplista son cosas diferentes. Mientras que simple significa “fácil de entender”, simplista asume el problema “como si no fuera nada complejo”.
5. Utiliza imágenes, analogías y comparaciones
Según una nueva investigación, añadir elementos o metáforas visuales a tu explicación puede involucrar mejor a la audiencia o a los participantes en el concepto. Utilizar una lámpara para sugerir una idea, por ejemplo, puede dar lugar a un mayor compromiso que una idea propuesta sin ningún elemento visual. Asegúrate de tener a mano todas las ayudas visuales, como fotos, ilustraciones, videos, etc.
A veces, explicar ideas complejas puede dejar a la audiencia con una comprensión poco profunda del tema de interés. Para resolver este problema, aprovecha los beneficios de los ejemplos y las analogías. Utilízalos como uno de los atajos de comunicación que tienes a tu disposición y haz una imagen verbal. Crear buenas analogías requiere práctica.
6. Cuenta historias y mantén la atención de tu público
Dado que las historias pueden despertar emociones, la narración de estas puede ser un salvavidas cuando se trata de involucrar a tu audiencia en el tema. Para ayudar a tu público a entender mejor un concepto complejo, elige una anécdota que se pueda relacionar. Cuando narres, puedes escoger un tema, hacerlo personal o utilizar tus habilidades teatrales. Sea cual sea la técnica que elijas, asegúrate de que la historia sea fácil de seguir, corta y que no entre en muchos detalles, sino que vaya al grano rápidamente.