Cómo leer los gestos del director de orquesta
Mientras ves un concierto de música clásica, probablemente te preguntes qué significan todos los gestos del director de orquesta y para qué utiliza la “varita”.
Para que ya no tengas que preguntártelo, en Ideas en 5 minutos hemos investigado qué significan realmente los diferentes movimientos del director de orquesta.
A. Por qué la orquesta necesita un director
Lo más probable es que la orquesta pueda interpretar una buena cantidad de música sin un director, pero hay algunas razones importantes por las que se necesita uno.
- El director lleva el tempo para que todos los músicos de la orquesta puedan tocar a la misma velocidad.
- La orquesta necesita que alguien indique claramente cuándo debe empezar a tocar cada instrumento. En la orquesta, no tocan todos al mismo tiempo. Algunos músicos tienen que esperar a que les llegue el turno de entrar y a veces pierden el hilo contando solos. En cambio, el director les indica cuándo les toca entrar porque tiene todas las notas frente a él.
- La orquesta necesita a una persona que esté donde todos puedan verla: al frente y en el centro. Y esta persona los dirige a todos para que toquen correctamente. El director es también el que se queda alejado de la orquesta y puede obtener una impresión general del sonido y hacer los ajustes necesarios.
B. Qué utiliza el director de orquesta cuando dirige
Durante la actuación, la comunicación entre la orquesta y el director es no verbal. Por eso, este último utiliza los movimientos de sus manos, sus brazos y su cuerpo, así como las expresiones faciales. Su postura es recta y relajada. Los pies del director están separados al ancho de sus caderas, su pecho y sus hombros están abiertos y relajados, mientras que sus brazos y su cabeza no están tensos.
El director, si lo desea, puede usar una batuta. En esencia, la batuta del director es una extensión del brazo y lo ayuda a dirigir la orquesta.
C. Qué significan los gestos de las manos del director de orquesta
1. Mano derecha
El director utiliza la batuta en su mano derecha tanto para mostrar el tempo con el que se debe ejecutar la música como para que la orquesta se ubique dentro de los tiempos del compás; en el gráfico, por ejemplo, se ilustra cuáles son los movimientos que suele realizar la batuta con un compás de 4 tiempos.
En la música pop o rock, por lo general es la batería la encargada de marcar el pulso, que es regular la mayor parte de las veces. En la música clásica, sin embargo, el pulso no siempre es algo fijo y constante, ya que puede acelerarse, retrasarse o incluso puede detenerse por completo. Quien se encarga de manejar la velocidad del pulso es el director, que con la batuta y la ayuda de sus gestos, le transmite a la orquesta cómo se debe ejecutar determinado pasaje musical.
Cada tipo de compás tiene un número de pulsos o tiempos determinado. En la ilustración de la izquierda, vemos los movimientos que hace una batuta en un compás de cuatro tiempos; a la derecha, en cambio, el compás tiene 12 tiempos, que están agrupados de a 3. Para cada tipo o patrón de compás, el director realiza con la batuta una serie de movimientos conocida por los músicos; en el primer tiempo del compás, también conocido como tiempo fuerte, la batuta marca hacia abajo y el centro, mientras que en los demás tiempos se dirige hacia los laterales o hacia arriba.
Aunque depende de la experiencia de la orquesta, por lo general el director marca el pulso a lo largo de toda la obra. Por momentos los instrumentos ejecutan algún pasaje musical y luego permanecen en silencio tal vez durante varios minutos. Es necesario, por lo tanto, que los músicos sean capaces de volver a tocar en el instante preciso; por otra parte, la velocidad del pulso puede cambiar, como ya se mencionó, e incluso se suelen producir acentos en los tiempos débiles de tal manera que sin la dirección de la batuta, se corre el riesgo de que los músicos se pierdan y no sean capaces de tocar cuando les corresponde. Cuando el tiempo se acelera demasiado, por ejemplo, el director puede marcar solo los tiempos fuertes, con la idea de que el movimiento de la batuta sea simple, rítmico y fácil de seguir. A continuación se ilustran los patrones de compases más comunes.
Uno de los compases más utilizados es el 4/4, que está compuesto por 4 tiempos. Por lo general, cuando una obra comienza con el tiempo fuerte, el director levanta la batuta hacia arriba representando un tiempo anterior al primer compás de la música; este tiempo previo se denomina upbeat o anacrusa. Luego baja la batuta marcando el comienzo de la ejecución y el tiempo fuerte del primer compás, también conocido como downbeat. El movimiento continúa entonces hacia la izquierda, a la derecha y después hacia arriba; cuando la batuta vuelve a bajar, comienza el segundo compás.
También es muy común la música en un compás de 3/4, por ejemplo en los valses o en la famosa canción de “Feliz cumpleaños”. En este caso, cada compás tiene 3 tiempos. Tal como con el compás de 4/4, si la música comienza con el tiempo fuerte, el director marca el tiempo débil anterior (anacrusa) a la primera nota que se debe ejecutar. La batuta entonces baja dando así la señal para que comience la música; luego se desplaza hacia la derecha, después hacia arriba y vuelve a caer para entrar en el segundo compás.
Cuando el compás es de 2/2, hay 2 tiempos por cada compás. Tal como en los casos anteriores, el director marcará un tiempo débil antes de que comience la música en el primer compás. La batuta suele llevar un movimiento vertical, oscilante y ligeramente curvo. Si el pulso es muy rápido, el director marcará el ritmo solo utilizando su muñeca.
Cuando el pulso va demasiado rápido, al director le puede resultar difícil marcar todos los tiempos del compás; entonces la batuta se desplaza de arriba abajo una y otra vez, como si se tratara de un compás de un único tiempo fuerte. Tal vez parezca una tarea sencilla, pero en realidad no lo es, ya que el director tiene que ser capaz de transmitir la interpretación de los pasajes musicales dentro de ese pequeño y rítmico movimiento de la batuta. Por supuesto, también se vale de gestos faciales y de los movimientos de la mano izquierda.
2. La mano izquierda
La mano izquierda, entre otras cosas, señala a los músicos para que ejecuten las notas en el momento preciso. Por lo general, el dedo índice apunta de manera directa hacia el instrumentista al que el director se está dirigiendo.
Por otra parte, el director se vale de su mano izquierda para manejar la intensidad de la música. Por ejemplo, dirige esa mano hacia su cuerpo mientras la va cerrando cuando es necesario que cierta línea melódica disminuya su volumen.
La mano izquierda también es la encargada de darle energía y velocidad a la música. Cuando la palma de la mano está plana y hacia abajo, por ejemplo, los sonidos deben ser suaves y constantes.
De manera análoga, cuando es necesaria una interrupción tajante de la música, el director cierra el puño y realiza un vigoroso movimiento hacia abajo.