Cómo limpiar las ventanas de forma rápida y eficaz
Después de limpiar las ventanas, a menudo quedan manchas en el vidrio. Existen muchas razones por las cuales sucede eso. Por ejemplo, un limpiador de vidrios inadecuado, una técnica de limpieza incorrecta o polvo que no se limpió desde un inicio.
En Ideas en 5 minutos te daremos algunas recomendaciones sobre algunas pequeñeces a las que vale la pena prestar atención a la hora de limpiar las ventanas, para que los vidrios no queden con manchas después de limpiarlos.
Deshacerse del polvo en vidrios y marcos
Antes de comenzar a limpiar las ventanas, se recomienda deshacerse del polvo y de las telarañas en las ventanas. Se pueden sacudir con un cepillo o un plumero, realizando movimientos de arriba abajo a lo largo de la superficie de la ventana. A continuación, se debe limpiar el marco y el alféizar de la ventana de suciedad y polvo. Es más cómodo usar una aspiradora con una boquilla estrecha, como se muestra en la imagen superior.
Si se desea, se puede limpiar el marco y el alféizar de la ventana con un paño húmedo para quitar la suciedad restante, o con un paño universal. Posteriormente, se recomienda aplicar un agente antiestático para que el polvo del aire no se asiente nuevamente en la superficie de la ventana.
Quitar las manchas impregnadas antes de limpiar toda la ventana
Verifica si el vidrio tiene manchas impregnadas:
- Las manchas de grasa se pueden limpiar con jabón para lavar los platos. Remoja una esponja en agua, agrega de 1 a 2 gotas de jabón y limpia la superficie del vidrio.
- En algunos casos, las manchas también se pueden quitar con un limpiador de vapor.
- Se puede usar una esponja de melamina mojada con agua. En este caso, no hay necesidad de añadir ningún tipo de jabón.
Elegir un limpiador de vidrios que no deje manchas
Se recomienda rechazar el uso de limpiadores de vidrio hechos a base de alcohol o amoníaco, ya que pueden dejar manchas. Asimismo, crean una película delgada que puede atraer el polvo.
A veces aparecen manchas debido a los restos de detergente que hay en la superficie del vidrio. En este caso, simplemente enjuaga el vidrio con agua y sécalo.
Cómo hacer un limpiador de vidrios con tus propias manos:
- En una botella con rociador, mezclar ¼ de taza de vinagre blanco y ½ cucharadita de jabón líquido. A continuación, diluir todo con 2 tazas de agua, cerrar el recipiente y agitar bien para que se mezcle todo. El vinagre blanco se puede reemplazar por jugo de limón.
- Mezclar el vinagre blanco directamente con agua fría en una proporción 1:1.
- Usar té como detergente. Para ello hay que mojar un trapo de cocina con una taza de té negro y limpiar el vidrio. A continuación, pasar un trapo limpio y suave para secarlo.
No usar un raspador metálico
Un raspador de metal para limpiar vitrocerámica o una navaja pueden rayar el vidrio. Se sugiere usar únicamente limpiadores y raspadores diseñados para vidrio. Para que la cuchilla del raspador no deje rasguños, hay que tomar las siguientes precauciones:
- Se puede usar un raspador con el fin de eliminar manchas difíciles, restos de pegamento, cinta adhesiva o estampas. Para hacerlo, hay que aplicar detergente, luego quitar los bordes de la mancha o la cinta adhesiva con un raspador, moviéndose solo hacia delante. Posteriormente se puede pasar a la parte del medio.
- Al usar un raspador, hay que recordar que la superficie del vidrio debe estar siempre húmeda. El raspador no debe moverse sobre el vidrio seco.
- No presionar el raspador mientras se mueve hacia arriba. El movimiento debe ser suave, sin esfuerzos ni presión.
- No usar el raspador si la cuchilla está oxidada o desafilada.
- No se recomienda dejar el raspador sin supervisión.
Usar el jalador para ahorrar tiempo y rechazar el uso de toallas de papel
Gracias a la goma que hay en la orilla del jalador (una herramienta especial para limpiar superficies, como se muestra en la imagen superior), este atrapa el detergente y puede secar una gran superficie de vidrio sin rayarlo.
Cómo usar un jalador:
- Antes de comenzar, se recomienda poner una toalla en el marco inferior y el alféizar de la ventana, a donde se escurrirá el agua sucia.
- Hay que sostener el jalador de modo que su mango esté en un ángulo de 45 grados con respecto al vidrio.
- Se debe comenzar a mover de arriba abajo y en zigzag. Primero ir de izquierda a derecha, luego dar vuelta y continuar moviéndose de derecha a izquierda. Es recomendable moverse sin parar, sin quitar la mano del vidrio.
- Posteriormente, hay que limpiar el jalador con una toalla o con un trapo a medida que se acumule suciedad en la goma.
A continuación, hay que pasar el jalador presionando a 1,5 cm contra el marco de la ventana, con la idea de eliminar los restos de agua y detergente que hayan quedado en los bordes del vidrio. El resto de la goma del jalador no debe apoyarse para no volver a manchar el vidrio.
Al final, se debe limpiar la ventana con un trapo de microfibra limpio y seco, un pedazo de periódico o cualquier paño sin fibras y a la vez pulir el vidrio hasta que brille. No se sugiere usar toallas de papel o trapos lavados con suavizante para esto, ya que pueden dejar pelusas o una película delgada.