Qué tipos de leche de vaca existen
Todos los tipos de leche de vaca son igualmente beneficiosos y contienen los mismos nutrientes: proteínas, grasas, hidratos de carbono, calcio, vitaminas A, D y B12, entre otros. La única diferencia entre ellos radica en la cantidad de grasa, el método de tratamiento térmico, el contenido de lactosa o su ausencia, y la forma de presentación: líquida o en polvo.
En Ideas en 5 minutos te explicamos qué tipos de leche de vaca existen y en qué se diferencian.
1. Leche entera
La leche entera es la que tiene el mayor contenido de grasa, al menos un 3,25 %. Se llama leche entera porque no se le quita la grasa y no está enriquecida con vitamina A como otras leches bajas en grasa. La leche entera también tiene un sabor más cremoso e intenso.
A los niños de 1 a 2 años, se recomienda darles leche entera, no desnatada. Esto se debe a que necesitan energía extra, grasa y vitamina A, que son importantes para el crecimiento y el desarrollo del organismo del niño.
2. Leche baja en grasa
La leche baja en grasa se produce de la siguiente manera: primero se pasa por un separador centrífugo, en el que se elimina toda la nata de la leche. A continuación, se vuelve a añadir a la leche en la cantidad necesaria para conseguir la concentración de grasa láctea deseada. Como resultado se obtiene una leche con un porcentaje de grasa determinado, por ejemplo, 2,5 %, 2 % o 1 %.
La leche baja en grasa sigue estando compuesta por auténtica leche de vaca. La única diferencia es la cantidad de grasa, cuyo porcentaje puede seleccionarse para adaptarse a los gustos individuales y a las necesidades dietéticas.
3. Leche desnatada
La leche desnatada se elabora de la misma manera que la leche baja en grasa. La única diferencia es que en la última etapa no se le añade nata. Este proceso reduce considerablemente el contenido calórico de la leche y cambia un poco el sabor. Pero resulta un producto ideal para personas que quieren perder peso y controlar el número de calorías en su dieta.
4. Leche pasteurizada
La pasteurización es el tratamiento térmico suave de los alimentos líquidos, como los zumos de frutas y la leche. Consiste en calentar las bebidas a menos de 100° C durante 15 segundos. Esto prolonga la vida útil del producto final y elimina la mayoría de los patógenos peligrosos, como E. coli y Listeria.
El proceso de pasteurización lleva el nombre del microbiólogo francés Louis Pasteur. Sus investigaciones en la década de 1860 demostraron que el tratamiento térmico de las bebidas ayuda a eliminar de ellas los microorganismos indeseados. Hoy en día, este método se utiliza ampliamente en la industria láctea para garantizar la seguridad de los alimentos. Cualquier leche que encuentres en los estantes de las tiendas estará pasteurizada. La leche sin procesar solo puede comprarse a los ganaderos, pero beberla puede ser peligroso para la salud.
5. Leche ultrapasteurizada
En el proceso de ultrapasteurización, los alimentos líquidos se esterilizan calentándolos a una temperatura superior a 135 °C durante 2-5 segundos. Esta temperatura y el tiempo de espera son necesarios para matar todas las endosporas bacterianas.
La leche ultrapasteurizada puede conservarse fuera del frigorífico entre 6 y 9 meses, pero este proceso de tratamiento tiene sus desventajas. El calor intenso puede hacer que la leche se oscurezca y cambie su sabor y olor.
6. Leche sin lactosa
La lactosa es un azúcar natural que se encuentra en la leche y los productos lácteos. Normalmente, nuestro cuerpo produce la enzima lactasa, que ayuda a digerir este azúcar. Sin embargo, algunas personas no tienen suficiente lactasa. Como resultado, el organismo tiene dificultades para digerir la leche, lo que puede provocar síntomas desagradables en el tracto digestivo. Esta condición se denomina intolerancia a la lactosa. Para las personas con estos síntomas se produce una leche especial sin lactosa.
En el proceso de producción de leche sin lactosa, la leche común se pasa por filtros que eliminan hasta el 40% de la lactosa. A continuación se añade la enzima lactasa, que descompone el azúcar de la leche en azúcares simples: glucosa y galactosa. El resultado es una leche sin lactosa, más fácil de digerir para el organismo.
7. Leche en polvo
La leche en polvo se elabora evaporando la leche común hasta que se seca. El resultado es un polvo blanco y dulzón que tiene una vida útil mucho más larga que la leche común. Debido a su bajo contenido de humedad, no necesita ser enfriada, lo que facilita el transporte del producto.
La leche en polvo se utiliza a menudo en la producción de fórmulas infantiles, panadería y confitería. También puede utilizarse cuando se necesitan productos no perecederos y no hay condiciones de almacenamiento para la leche líquida. Por ejemplo, en viajes de acampada.