11 Tips para aprender a ser más tolerante con los demás
En la vida diaria podemos encontrarnos ante situaciones o personas que nos cuesta tolerar por ser, pensar o actuar de manera diferente a como lo hacemos nosotros. Pero es posible mejorar este aspecto de nuestra personalidad aprehendiendo a respetar y valorar la diversidad.
Ideas en 5 minutos quiere ayudarte a ser más tolerante con los otros a través de algunos útiles consejos que puedes poner en práctica enseguida.
1. Esfuérzate por ponerte en el lugar del otro
Es posible aprender a ponerse en el lugar del otro, imaginándose a uno mismo en su misma situación. O se les puede preguntar, con sincera curiosidad, detalles de su vida para intentar entenderlos mejor. Hacer esto evitará que cuestionemos a los demás por cada cosa que hacen.
La empatía nos ayuda a comprender cómo se siente la otra persona y ser más tolerantes con las acciones o formas de pensar diferentes a las nuestras. Si bien, algunos tienden a ser empáticos por naturaleza, a otros les cuesta serlo. Pero, con práctica y esfuerzo consiente, es posible lograrlo.
2. Pide una explicación del punto de vista ajeno
Una forma inteligente de revertir una situación negativa y mostrar tolerancia es pedir que la otra persona exponga su opinión, tal vez diciendo: “Cuéntame más sobre lo que piensas. ¿Por qué se te ocurrió esa idea?”.
Por el contrario, la intolerancia puede llevarnos a defender nuestras ideas de manera ofensiva, cerrando toda posibilidad de llegar a entender al otro.
3. No personalices la conversación
Cuando hablamos con alguien y se nos hace difícil ser amables, lo que no deberíamos hacer es personalizar la conversación acusando a la otra persona por opinar diferente.
Una manera de lograrlo es utilizando frases en primera persona. Por ejemplo: “No estoy de acuerdo con eso. Pienso que...”. Por el contrario, si empezamos diciendo: “Tú estás mal por pensar así. Tu opinión es equivocada”, lo que obtenemos es una discusión negativa.
4. Dedica un tiempo a aprender sobre otras personas y culturas
Nuestro nivel de tolerancia puede aumentar cuando aprendemos cosas sobre la cultura, idiosincrasia, creencias y tradiciones de las personas con las que pudiéramos tratar. Esto no significa negar la propia cultura, sino enriquecerla conociendo la diversidad que nos rodea.
5. Deja a un lado las diferencias cambiando de tema
Todos somos y pensamos diferente. Esto no tiene por qué significar un conflicto. Más bien, para sortear una situación difícil y continuar siendo tolerantes, es posible dejar a un lado esas diferencias, cambiando de tema de conversación o evitando aquellos que podrían generar polémica.
A veces no se trata de hacerlos cambiar de parecer o de modificar nuestras opiniones sobre ciertos asuntos. Más bien, se trata de aceptar que podemos estar de acuerdo o en desacuerdo con los demás y que no vamos a hacernos amigos de todas las personas con las que nos relacionamos.
6. Escucha atentamente a los demás sin sacar conclusiones precipitadas
Saber escuchar es útil es muchas áreas de la vida y la mayoría de nosotros lo hacemos a diario. Salvo que tenemos que tener en cuenta que debemos escuchar no para responder, sino para comprender y respetar al otro. Una investigación determinó que la escucha receptiva es esencial para el buen funcionamiento de las relaciones humanas.
Para lograrlo, es importante no interrumpir, mirar al interlocutor a los ojos y no sacar conclusiones precipitadas. Si la otra persona comienza a hablar y nosotros de inmediato comenzamos a juzgar y reaccionar emocionalmente, pensando en la respuesta que vamos a darle, estaríamos impidiendo la comunicación.
7. Recuerda que tienes el poder de cambiar tus emociones negativas a positivas
Cuando enfrentamos un conflicto que nos cuesta tolerar, es bueno recordar que somos dueños de nosotros mismos y de nuestras emociones. Al igual que la otra persona es dueña de sí misma y de sus opiniones y, posiblemente, ni siquiera sea consciente de lo que estamos sintiendo.
En lugar de dejar salir nuestro malestar y transformar una conversación en una discusión acalorada, podemos dominar esas emociones negativas y concentrarse en lo positivo, ya que lo que está sucediendo solo nos molesta a nosotros. Así evitamos culpar a los demás innecesariamente por ser o pensar de manera diferente.
8. Cambia la perspectiva de la situación y vuélvela hacia ti mismo
Es posible que a veces no logremos entender exactamente por qué los demás actúan de determinada manera. Esto puede hacernos perder la perspectiva cuando nos relacionamos con ellos.
Para solucionarlo y seguir siendo tolerantes, podemos cambiar de criterio y volverlo hacia nosotros mismos. Entonces, en vez de pensar: “Esa persona fue muy grosera conmigo”, podemos pensar: “Quizás esté pasando por un momento difícil. Yo también digo cosas sin pensar cuando no estoy bien”.
9. Practica el respeto por las opiniones ajenas sin tomarlas como algo personal
Respetar a los demás implica creer en que tienen los mismos derechos que nosotros. Significa reconocer sus diferencias, aceptarlas y valorarlas, no juzgarlas.
Podemos aumentar el respeto hacia la opinión ajena, no tomándolas como algo personal. Aunque abracemos los ideales de un grupo, eso no quiere decir que seamos enemigos de quienes no lo hagan. Tampoco podemos esperar que todos estén de acuerdo con nosotros. Pero, si aprendemos a respetar las diferencias, entenderemos que aunque estemos en desacuerdo, todas las formas de pensar pueden ser igualmente válidas.
10. Prepárate mentalmente para cambiar de opinión si es necesario
Puede suceder que, durante una conversación, nos demos cuenta de que, en verdad, no tenemos la razón. Cuando lo aceptamos y no insistimos con nuestra opinión errónea, no solo estamos siendo tolerantes, sino también humildes. Ejercitar este aspecto de nuestra personalidad puede resultar difícil, pero nos ayuda a ser más abiertos hacia los demás.
11. Analiza los motivos que pueden llevarte a ser intolerante
El primer paso para ser más tolerante es analizar por qué no lo somos. Puede que los antecedentes familiares o experiencias pasadas hayan influido en nuestra forma de ver las cosas. Si creemos que siempre tenemos la razón, deberíamos ahondar profundamente en nuestro interior para descubrir si en realidad la tenemos, o es posible que nos estemos equivocando.
Hacer esto requiere de mucha paciencia, sobre todo cuando surgen situaciones que nos molestan. Por ejemplo, si nos envían un mensaje de texto lleno de faltas de ortografía, en lugar de reaccionar inmediatamente, podemos contar hasta 10 y pensar con la mente tranquila que la persona no lo hace a propósito para enfadarnos.