Cómo entenderte a ti mismo
En primer lugar, para ser uno mismo, necesitas conocerte mejor, comprender tus sentimientos, necesidades y creencias. Luego hay que aprender a expresarlo tanto con palabras como con acciones. Y después de eso, lo más importante es que te mantengas fiel a ti mismo y no permitas que otras personas, la sociedad e incluso las críticas internas te intimiden y te obliguen a cambiar en contra de tu voluntad.
En Ideas en 5 minutos queremos ayudarte a revelar tu verdadero “yo” y a que no tengas miedo de ser tú mismo.
Analiza tu comportamiento
Responde una serie de preguntas para averiguar con qué frecuencia te evitas a ti mismo. Debes ser honesto.
- ¿Alguna vez te involucraste en un proceso cuando no te apetecía hacerlo en absoluto?
- ¿Alguna vez has tenido dificultades para aceptar tus verdaderos sentimientos?
- Si tuvieras que hablar francamente acerca de tus fortalezas y debilidades, ¿te resultaría difícil?
- ¿Sientes tensión e incomodidad cuando estás rodeado de otras personas, te resulta difícil relajarte?
- ¿Alguien te ha dicho alguna vez que imaginaron que eras de cierta forma, pero al conocerte de cerca resultó que eras completamente diferente?
- ¿Alguna vez fingiste que te gustaba alguien, pero en realidad era mentira?
- ¿Alguien te ha dicho que te comportas de manera diferente con diferentes personas?
- ¿Tienes máscaras? Por ejemplo, puede ser una máscara decir “Estoy bien” cuando no lo estás.
Si respondiste “sí” al menos a algunas de estas preguntas, tal vez no te aceptes a ti mismo tal como eres.
Otras cosas que pueden indicar que no te aceptas a ti mismo:
- Tiendes a adoptar el comportamiento y los modales de otras personas.
- Tienes miedo de estar en desacuerdo con alguien o expresar una opinión contraria.
- Finges que te gusta algo porque no quieres ser “diferente”.
- Observas cómo las personas se visten, se peinan, qué música escuchan y lo copias, incluso si te sientes incómodo.
- No invitas a nadie a tu casa, para que la gente no conozca a tu verdadero yo.
- Sueles pensar que la mayoría de las personas son mejores que tú.
- Muestras a los demás tu buen humor, incluso cuando no estás contento, porque no quieres hablar con nadie sobre lo que te pasa.
No te preocupes si te ves reflejado en estas situaciones. A continuación, veremos qué puedes hacer para ser tú mismo y sentirte cómodo al mismo tiempo.
Estudia tu pasado
No siempre querrás volver atrás en el tiempo, porque probablemente haya episodios traumáticos que no quieres recordar. Pero es importante y útil, porque estamos determinados no solo por lo que nos sucedió alguna vez, sino también por cómo lo asimilamos. Los problemas no resueltos pueden influir en nuestro comportamiento futuro.
❗️ Es mejor estudiar tu pasado junto con un especialista que te ayudará a trabajar todos los recuerdos correctamente para que no te dañen.
Cuando tratamos de escondernos de experiencias pasadas, podemos sentirnos perdidos. En este caso, las acciones que realizamos se vuelven automáticas. El renombrado psiquiatra Daniel Siegel, en su libro Mindsight: La nueva ciencia de la transformación personal, describió un episodio que le sucedió con su hijo: el médico perdió los estribos y le gritó al niño. Más tarde, luego de reflexionar sobre el incidente, Siegel se dio cuenta de que este arrebato emocional estaba más relacionado con los sentimientos que él tenía hacia su hermano cuando era niño.
Los recuerdos tienen múltiples capas y las cosas aparentemente olvidadas hace mucho tiempo, pueden surgir rápida e inesperadamente para nosotros y convertirse en una palanca para una acción. En tal situación, se activa el “piloto automático”, que determina la línea de comportamiento. La técnica de la visión mental (Mindsight en inglés) te permite concentrarte en cómo funciona la mente, para capturar sus sistemas internos de reproducción de la experiencia de años pasados.
Usando este concepto, una persona comprende de dónde vino el modelo de comportamiento elegido. Posteriormente, puede corregir sus acciones, protegiéndose de la influencia negativa del pasado.
Responde la pregunta: “¿Quién soy?”
En este caso, el estudio de la pregunta “¿Quién soy?” tiene como fin profundizar el autoconocimiento. Para aquellos que han luchado por ser ellos mismos durante mucho tiempo, puede ser difícil entender qué opiniones y preferencias son suyas y cuáles han adoptado de los demás.
Analiza cada uno de los siguientes puntos:
1. ¿Cuáles son tus principios y valores morales?
¿Qué crees que es correcto e incorrecto y por qué? ¿Qué opinas de la ética y otros temas similares? Son preguntas complejas y su estudio puede llevar mucho tiempo. Como resultado, saber qué puntos de vista apoyas determinará cada decisión y acción que tomes. Es importante comprender por qué crees en lo que crees para mantenerte fiel a tus valores, sean los que sean.
2. ¿Cuáles son tus preferencias?
¿Qué tipo de música escuchas cuando estás solo y qué tipo de música nunca le dirías a nadie que escuchas? ¿Qué películas te llaman la atención? ¿Qué libros leerías una y otra vez? ¿Cuáles de tus pertenencias son más valiosas para ti y por qué?
Para comprender estos puntos, a veces es necesario ver muchas películas y leer muchos libros. Es posible que debas pasar un par de noches escuchando nuevos géneros de música o aprendiendo nuevos estilos literarios. Prueba algo nuevo sin pensar si te gustará. Esto te permitirá formarte una opinión y te dará la oportunidad de expresar con confianza tus propios puntos de vista a los demás, ya que ya estarás preparado.
3. Haz una lista de lo que haces a menudo con tus amigos o en cualquier otro círculo social. Para cada actividad de la lista, piensa en lo que te gusta y lo que no te gusta de estas reuniones. ¿Hay algo en la lista en lo que participas simplemente porque todos los demás lo están haciendo? ¿Hay actividades que te hacen sentir incómodo? ¿Por qué? Por el contrario, ¿en qué situaciones te sientes más cómodo y por qué?
4. ¿A qué tipo de persona perteneces? ¿Eres introvertido, extrovertido o quizás ambivertido? Piensa en cómo tu tipo de personalidad afecta tus preferencias sociales.
Silencia a tu crítico interior
Recuerda que ya eres un adulto, así que deja de proyectar el “control parental” sobre ti mismo. Esta voz interior crítica puede desencadenar un proceso de pensamiento destructivo de juicio y censura. Te dirá que no eres lo suficientemente bueno y que no mereces el éxito, que nunca lograrás lo que deseas. O, por el contrario, te calmará y te dirá que ni siquiera necesitas intentar nada, de todos modos, no resultará.
El crítico interno es a menudo el enemigo que te impulsa a ser padre o hijo. Cuando evalúas y analizas cada una de tus palabras o acciones, es mucho más difícil ser tú mismo. Esfuérzate por dedicarle la menor cantidad de tiempo, energía y atención posible.
Qué hacer:
- En el momento en que sientas que estás comenzando a criticarte a ti mismo por algo, dirige tu atención a tu cuerpo y tu respiración. Usa cada uno de los cinco sentidos para permanecer en el momento y estar presente en el aquí y ahora.
- Detén el flujo de pensamientos negativos diciendo: “No, eso no es cierto”. Por cada argumento como “No puedo hacer nada bien”, da un contraargumento: “Soy persistente, lo lograré”.
Quítate las máscaras
Tus máscaras son una especie de fachadas, personalidades que finges ser para complacer a la gente, encajar mejor en ciertos círculos o esconderte por una serie de otras razones. En esta etapa, ya has identificado quién eres realmente y has silenciado a tu crítico interior. Ahora debes averiguar cuándo y por qué te pones las máscaras.
Haz una lista de cosas que haces con tus amigos. ¿Notas que en las reuniones en las que te sientes incómodo te comportas de manera diferente a cuando te sientes cómodo? Si es así, tómate unos minutos para pensar y anotar exactamente lo que haces de una manera diferente. Esta es una de tus máscaras.
Si tienes más de un círculo social, ¿te comportas de manera diferente con un grupo de personas que con otro? Vale la pena mencionar que es normal comportarse de manera diferente con distintas personas. Lo principal es seguir siendo tú mismo en cualquier situación. Recuerda que tu personalidad es multifacética y que cambiar tu comportamiento dependiendo de con quién estás hablando no te convierte en un hipócrita.
Por ejemplo, seguramente te comportarás de una manera diferente con tu jefe que con tu mejor amigo. Tu comportamiento con un amigo será diferente de cómo te comportas con tu familia. Y definitivamente te comportarás distinto con personas extrañas. Esto esta bien. Pero no olvides que cada una de estas formas de comunicación no debe contradecir tus principios y tu verdadero yo.
Ser uno mismo no significa ser egoísta
Una aclaración importante: es un error creer que para ser tú mismo necesitas deshacerte de cualquier filtro verbal y que puedes decir lo que quieras. Esta opción es adecuada solo para aquellos que quieren deshacerse por completo de quienes los rodean y comenzar la vida desde una pizarra absolutamente limpia: de forma rápida, sencilla, con un 100 % de garantía.
No tienes que decir en voz alta todos los pensamientos que te vienen a la cabeza. No hacerlo no significa que seas deshonesto o falso. Solo tienes esa prudencia que te permite comunicarte exitosamente con la sociedad. Debes ser honesto acerca de lo que piensas, sientes y crees, pero también debes ser respetuoso con los demás.
No dejes que la actitud de “sé tú mismo” sea una excusa para no hacer ningún esfuerzo. Debes valorar correctamente la situación en la que te encuentras. En otras palabras, no renuncies a tu verdadero yo, pero recuerda que eres una persona versátil. Muestra cada uno de tus lados cuando sea apropiado hacerlo.