Qué tipos de personas tóxicas existen, cómo detectarlas y mantenerse alejado de ellas
No hay que ser tan perceptivo para notar cómo, después de hablar con algunas personas, te pones de mal humor, te cansas y la cabeza se llena de malos pensamientos. Tales situaciones pueden repetirse muchas veces y dejarte sin energía.
Ideas en 5 minutos te aclarará por qué a veces es imposible pasar tiempo con algunas personas y te contará sobre los tipos de personas tóxicas.
1. El quejumbroso
Parece que la vida de estas personas consiste en una serie de fracasos constantes. Siempre están preocupadas, desconcertadas o decepcionadas por algo. Al tener un estado de ánimo triste y pesimista, a menudo involucran a otras personas en su diálogo negativo, como si les pasaran sus tristezas a los demás. De hecho, a esta persona se le denomina “vampiro emocional”. Después de tales conversaciones, las personas quejumbrosas se sienten menos infelices y solas, pero las víctimas pierden su recurso emocional por escuchar y preocuparse por los problemas de los demás.
2. El celoso
Las personas celosas están seguras de que el pasto siempre es más verde en un jardín ajeno, el sol ilumina más, el cielo está más despejado y los pájaros cantan más. El sentimiento de insatisfacción con ellos mismos y con su propia vida es tan fuerte que a menudo lo transmiten a quienes los rodean a través de tristes cumplidos, condenas, críticas o chismes. Con sus acciones, las personas tristes y envidiosas obligan a las personas a sentir compasión y responsabilidad por los fracasos ajenos. Las personas envidiosas y criticonas son igual de tóxicas porque con sus manipulaciones tratan de hacer que los demás (al igual que las mismas personas envidiosas) no estén satisfechos con sus vidas y sientan su insuficiencia, su falta de genialidad y, en general, todo lo malo de alrededor.
3. El aprovechador
Existen personas que siempre están esperando el apoyo de los demás, sin atreverse a hacer nada por su cuenta. Su vida puede estar llena de problemas que no podrán resolver solos. Pueden tener relaciones difíciles, ser financieramente inestables, tener un trabajo que odian y siempre les pedirán ayuda a los demás. Al aplicar tal manipulación, estas personas son capaces de asegurarle a cualquiera que solo ellos pueden ayudarle. Pueden ser favores como pedir dinero prestado, preparar una presentación para la próxima conferencia y sacar a pasear su perro. Una peculiaridad distintiva de una amistad cercana con un aprovechador es la amistad de un solo lado. Tal persona siempre te pedirá ayuda, pero nunca estará dispuesta a brindártela a cambio.
4. El juzgador
Estas personas siempre saben qué es lo mejor, por eso dan órdenes por todos lados. Puede que no les preguntes nada e incluso no estés de acuerdo con ellas, pero esto no cambiará nada, de todos modos te seguirán dictando sus reglas. Los juzgadores no tienen idea de los límites personales de una persona, por eso los violan fácilmente y dictan sus propias reglas. Pueden ser agresivos y persistentes, convenciéndote de que tienen la razón y obligándote a cambiar de opinión a su favor. Otras personas a su alrededor pueden dudar de sí mismas y sentirse tontas.
5. El descalificador
A este tipo de persona no le importan los sentimientos de los demás. Es capaz de señalarle a cualquiera su lugar, el cual, por supuesto, es inferior al del descalificador. Estas personas se consideran mejores y superiores ante los demás, por lo que rara vez consideran que tienen el mismo nivel que sus interlocutores. La arrogancia de los descalificadores y su constante deseo de ponerse en primer plano puede tanto molestar a los demás como afectar su autoestima.
6. El narcisista
Parece que algunas personas se quieren tanto que están dispuestas a contárselo a todo el mundo. Aunque no les preguntes, te contarán los detalles de su vida y no te dejarán decir ni una palabra. No te harán preguntas ni esperarán tu reacción a sus frases porque simplemente no les importa y los conversadores narcisistas se centran solo en ellos mismos. No es de extrañar que las personas normales a menudo se cansen de tales conversaciones unilaterales y se sientan insignificantes.
7. El mentiroso
Casi todos hemos mentido al menos una vez con fines de lucro. Cuando hay que lograr un resultado determinado, de complacencia u otro, el mentir, ocultar la verdad y exagerar a menudo forman parte de nuestra vida cotidiana. Pero que no se convierta en un hábito, ya que hay personas que se mienten a sí mismas y a los demás frecuentemente sin pensar en las consecuencias. Ellos mismos creen en sus mentiras y las dicen a los demás sin dudarlo. Es difícil comunicarse con los mentirosos, porque siempre comienzas a dudar y estar alerta. Nunca sabes en qué creer y en qué no creer.
8. El meteculpas
Los meteculpas creen que son demasiado buenas para este mundo, por lo que siempre le echan la culpa a otra persona. Siempre tendrán alguna explicación para sus fracasos: mala suerte, otras personas y cosas. Igualmente habrá alguna explicación para las cosas grandes que estas personas no han podido efectuar. Los meteculpas siempre esperan atención y son demasiado delicados a las críticas. Son capaces de hacer que el interlocutor se sienta mal si tan solo decide expresar una opinión que no le agrade al meteculpas.