Guía rápida para aprender a pintar con óleo
La pintura al óleo suele ser la preferida de artistas y aficionados por su versatilidad. Frente a las acuarelas y los acrílicos, que se secan muy rápidamente, el óleo nos da la posibilidad de poder manipular la obra y hacer correcciones sobre el lienzo aún pasados varios días gracias a su lento proceso de secado.
Ideas en 5 minutos te enseña todos los pasos que necesitas seguir para poder usar los óleos de la manera correcta y comenzar a familiarizarte con el mundo de la pintura.
Paso 1. Reúne los materiales necesarios
1. Pinturas
Asegúrate de conseguir los siguientes colores: amarillo cadmio, amarillo ocre, rojo cadmio, rojo alizarina, azul ultramarino, blanco titanio y negro de Marte. Al combinarlos, podrás conseguir cualquier tonalidad de la rueda de colores.
Algunos consejos:
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Las pinturas deben ser al óleo.
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Aunque recién estés comenzando, incluso si solo piensas hacerlo como un pasatiempo, elige productos de buena calidad. Puede que una sola pincelada de un óleo de buena calidad requiera tres de uno mediocre, además de que corre el riesgo de agrietarse una vez que se seca.
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En ese mismo sentido, evita comprar los sets para estudiantes o los que vienen en una especie de paquete con pinceles incluidos, estos suelen ser los de más baja calidad.
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Compra más pintura blanca, se terminará antes que todo el resto porque la usarás para mezclar o darles distintas tonalidades a los demás colores.
2. Pinceles
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Para comprobar la calidad de los pinceles, pasa las cerdas por el dorso de tu mano varias veces. En cada pasada estas deberán volver a su forma original. Si esto no ocurre, o si encuentras que los pelos del pincel se desparraman fácilmente, es mejor que elijas otro modelo.
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Provéete de una pequeña muestra variada. Prueba en principio con tres tamaños diferentes (uno pequeño, uno mediano y uno grande) y dos formas: una plana y una redonda. También conviene que consigas sintéticos y de pelo natural, así podrás probar distintos trazos.
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Al elegir, ten en cuenta que los pinceles para óleo, más allá de sus formas, tienen todos el mango largo.
3. Paleta, diluyentes, espátulas y lienzos
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La paleta y las espátulas de acero son necesarias para mezclar los colores. A la hora de elegir una paleta, ten en cuenta principalmente tres cosas: que sea amplia, fácil de limpiar y de color claro.
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Las espátulas no sirven solo para mezclar los colores, también para limpiar la paleta y hasta para realizar correcciones en el cuadro una vez que está terminado. Usaremos el filo para corregir y la punta redonda para tomar y mezclar los colores.
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La pintura al óleo es muy espesa, por ese motivo, cuando la sacamos del tubo, necesitamos diluirla antes de comenzar a pintar. A diferencia de las témperas, los acrílicos y las acuarelas, los óleos no pueden diluirse en agua. Para hacerlo se utilizan aceites y disolventes. En cuanto a los aceites, una opción es la esencia de trementina sin olor, que no es tóxica.
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Puedes usar lienzos, láminas, tablas de madera, incluso papel. Lo importante es asegurarte de que la superficie que elijas esté preparada para la pintura al óleo.
4. Caballete, trapos y toallas de papel; frascos de vidrio, delantal y cajas de cartón
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Los frascos, los trapos y los pañuelos o toallas de papel, el delantal para no mancharte y la caja de cartón para guardar. Todas estas cosas son materiales que también vas a necesitar.
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En cuanto al caballete, puedes elegir de pie o de mesa, esto dependerá de qué te resulte más cómodo.
Paso 2. Prepara el lugar
A la hora de elegir tu lugar de trabajo, sigue estos consejos:
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Busca un espacio amplio y, en lo posible, apartado.
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Usa trapos para tapar el piso y evitar que la pintura que se derrame lo arruine.
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Elige una zona bien ventilada, sería ideal si estuviera cerca de una ventana por donde entre mucha luz. Por su composición, el óleo tiene un olor muy fuerte, y podría perjudicarnos si lo inhalamos en un lugar muy cerrado. Además, la ventana nos asegura una buena iluminación, y esta determina el buen resultado de una obra.
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Evita mancharte. Este tipo de pintura es muy difícil de quitar, conviene que uses ropa vieja o bien que te cubras con un delantal.
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Recógete el pelo para que no caiga en la pintura, y quítate anillos y pulseras.
Paso 3. Comienza a pintar
1. Haz un boceto
Siempre es recomendable que primero dibujes sobre tu lienzo, hagas un esbozo de lo que vas a pintar luego. Puedes hacer el boceto con carbonilla, lápiz, acrílico o el mismo óleo que ya tienes, pero muy diluido, para que pueda secarse rápidamente.
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Si eliges carbonilla, debes aplicar un fijador luego de hacer el dibujo para evitar que luego se manche la pintura.
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Si eliges lápiz, no aprietes demasiado, procura hacer líneas suaves y finas; de otro modo te será muy difícil borrarlo luego.
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Puedes usar pintura acrílica para delinear tu boceto, ten en cuenta que tendrás que esperar a que seque antes de aplicar el óleo.
2. Respeta las formas y los detalles de tu modelo
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El dibujo que hagas como boceto es muy importante porque de él dependerá el resultado de la obra en general. Si no está bien hecho, o las proporciones no son las correctas, te será muy difícil corregirlo después.
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Un método efectivo para que el dibujo del boceto salga proporcionado con relación al modelo original es trazar sobre este líneas horizontales y verticales, de modo que quede dividido en distintos cuadrados iguales. Así tendrás una escala perfecta de tu modelo y te será más fácil trasladarlo al cuadro.
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Traza estas líneas en los lugares que supongas que pueden simplificarte la tarea del dibujo. Por ejemplo, en aquellos espacios donde veas que hay objetos clave. Hacer esto te permitirá tomar real conciencia de sus dimensiones.
3. Mezcla los colores
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Mezcla grandes cantidades, una vez que hayas alcanzado el color buscado, puedes guardarlo en frascos para volver a usarlo en tu próxima sesión de pintura.
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Usa la rueda de colores. Con ella sabrás qué colores puedes mezclar para obtener un nuevo color y cuáles son los tonos complementarios. La rueda de color muestra los colores primarios (que no pueden ser creados mezclando otros colores); los secundarios, que se consiguen a partir de la combinación de dos primarios (por ejemplo, si mezclas azul y amarillo, obtienes verde); y los terciarios, que se obtienen al mezclar un color primario con un color secundario; siempre y cuando estén uno junto al otro en la rueda de colores.
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Si quieres obtener un tono pastel, añade blanco a cualquier color.
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Si quieres hacer sombras, añade negro.
4. Dale lugar a tu imaginación
Siéntete libre a la hora de pintar, hazlo de acuerdo a lo que te inspira e interesa. Si bien cada obra de arte es única, toda actividad requiere de algunas premisas básicas. Síguelas y verás cómo día a día consigues mejores resultados.
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Comienza con pinturas pequeñas. Prueba distintas técnicas y experimenta mezclando colores. Puedes iniciar con lienzos de 8×10 pulgadas.
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Usa pintura más diluida en las primeras capas y guarda los trazos más espesos (con más aceite y menos disolvente) para las siguientes. Esto te garantizará un secado más rápido y evitará que la pintura se agriete.
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Trabaja con una paleta limitada. En estos casos, menos es más. Comienza primero eligiendo los colores primarios, a partir de ellos podrás conseguir las más diversas tonalidades.
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Comienza con un pincel grande. Esto te permitirá hacer trazos más seguros y llegar más rápidamente a cubrir el lienzo.
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Usa la espátula no solo para mezclar colores, sino también para delinear contornos, agregar detalles, crear trazos nítidos y darles textura a los objetos.
Paso 4. Corrige tu obra y ordena los materiales
1. Corrige los errores
Toma algo de distancia del lienzo para observarlo en su totalidad y detectar algo que quieras modificar o corregir. La pintura al óleo tarda aproximadamente tres días en comenzar a secarse. En ese lapso, estás a tiempo de corregir los errores con un trapo húmedo.
2. Limpia los pinceles
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Usa un paño de papel para quitarles los sólidos a los pinceles.
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Lávalos inmediatamente, la pintura al óleo los arruinará si dejas que se sequen. Enjuágalos con agua natural y jabón líquido, espera a que la espuma que se forme se vea totalmente blanca y finalmente comprueba que no hayan quedado restos de pintura. Déjalos en una jarra o un frasco con las cerdas hacia arriba y espera a que el aire los seque. Luego guárdalos en un lugar abierto, no en un armario o un cajón.
3. Espera a que seque y barniza
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Podrán pasar unos tres meses hasta que la pintura se haya secado por completo, esto dependerá de qué tan gruesos y aceitosos hayan sido los trazos.
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Deja secar, en lo posible, en una habitación con mucha luz, seca y cálida.
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Cuando se haya secado por completo, agrégale una capa de barniz para proteger la pintura y preservar por más tiempo su color. Luego, deja secar esta nueva capa y da por terminada tu obra.