Cómo usar la cafetera
A millones de personas en todo el mundo les gusta disfrutar de una taza de café a primera hora de la mañana, por lo que poseer una cafetera se presenta como una alternativa cómoda y rentable a tener que comprar el café en algún otro sitio.
En Ideas en 5 minutos, hemos preparado una sencilla guía para que todos puedan familiarizarse con el proceso de elaboración de su propio café con una cafetera.
❗ Importante: Este artículo cubre el procedimiento estándar para hacer un café americano en una cafetera de goteo.
1. Verter agua en el depósito
A menudo, el depósito de agua tiene marcas que nos permiten saber cuánta agua hemos echado, pero podemos conseguir una medida más precisa pesando el agua de antemano, ya que un mililitro de agua pesa un gramo. Podemos usar agua del grifo o embotellada, pero debemos evitar utilizar agua destilada en la cafetera, ya que algunos de los minerales que se encuentran en el agua del grifo o embotellada son realmente necesarios para el proceso.
Una cosa importante que hay que tener en cuenta es saber cuánta agua necesitamos echar. Los expertos sugieren tener una proporción de unos 55 gramos de café por litro de agua para obtener mejores resultados.
2. Poner el filtro en el embudo
Si nuestra cafetera utiliza filtros de papel en forma de cono, debemos doblar los bordes ondulados del filtro que se extienden a lo largo de la parte inferior y uno de los lados del filtro. De este modo, el filtro tendrá un soporte adicional, lo que le permitirá funcionar de manera más eficiente.
Algunas cafeteras también pueden usar filtros de acero inoxidable. Estos filtros, además de ser reutilizables, no capturan ninguno de los aceites naturales del café, lo que nos ayudará a conseguir un sabor más intenso y una consistencia más espesa de la bebida.
3. Opcional: moler los granos de café
Aunque no es imprescindible, comprar granos de café enteros y molerlos nosotros mismos no solo nos permite elaborar una bebida más fresca, sino que también nos da mucho más control sobre el sabor del café. En este paso nos puede ser útil un molinillo de café, aunque algunas cafeteras también cuentan con un molinillo de café incorporado.
Como nota general, un molido más grueso dará como resultado una bebida más aguada y ácida, mientras que un molido más fino hará que el café tenga un sabor más amargo. Si no estás satisfecho con el sabor de tu café, puedes experimentar con el tipo de molido de los granos de café.
4. Añadir el café molido al filtro
Si no disponemos de un molinillo de café, el café premolido funcionará igual de bien. Sin embargo, debemos tener en cuenta que una de las principales razones por las que se prefiere el café recién molido es porque el café se oxida y comienza a perder aroma y sabor al cabo de unos pocos días. Para obtener mejores resultados de un café premolido, se recomienda comprarlo en pequeñas cantidades y almacenarlo de manera segura, lejos del oxígeno.
Para poner el café molido en la cafetera, simplemente cargamos el filtro y lo colocamos en el embudo de la cafetera. No debemos medir al ojo la cantidad de café que ponemos en el filtro, tenemos que conservar la proporción adecuada entre agua y café. Si queremos preparar una sola taza de café, debemos cargar el filtro con unos 10 gramos de café molido. Podemos modificar ligeramente la proporción al gusto personal, pero sin exagerar.
5. Preparar el café
Una vez que hayamos cargado el filtro con café molido, encendemos la cafetera y esperamos a que termine el ciclo de preparación. El proceso suele durar entre 3 y 5 minutos, y se habrá completado cuando notemos que ya no cae más café en la jarra, el recipiente de cristal que podemos sacar y servir el café.
Se recomienda remover la jarra o el recipiente donde se vertió el café para conseguir una bebida más uniforme.
6. Servir el café en una taza
Una vez que tengamos el café recién hecho, podemos retirar la jarra y servirlo. Si no tenemos la intención de tomar todo el café que acabamos de preparar, muchas cafeteras disponen de una función de mantenimiento del calor o tienen una placa caliente que se usa con el mismo fin. Sin embargo, debemos tener en cuenta que cuanto más tiempo permanezca la jarra en la placa caliente, más amargo se volverá el café.
7. Limpiar la cafetera
Una vez que hayamos terminado de preparar el café, podemos desechar o limpiar el filtro, dependiendo de si usamos uno de papel o uno de acero inoxidable, respectivamente. También es importante aclarar tanto los filtros reutilizables como la jarra de la cafetera, ya que los restos de café pueden provocar la aparición de moho.