Cómo masajear tus propios pies: 4 formas
El masaje es una excelente manera de aliviar la tensión y mejorar la circulación sanguínea. La reflexología incluso sugiere que podemos mejorar el estado de diferentes partes de nuestro cuerpo simplemente aplicando presión en ciertos puntos de nuestros pies. Y todo lo que necesitas es algo de loción y un poco de tiempo. Hoy, Ideas en 5 minutos te invita que te relajes, tomes asiento y pruebes nuestras técnicas de masaje de inmediato.
- Siéntate y coloca tu pie sobre la rodilla de la pierna opuesta. Asegúrate de poder agarrar tu pie con ambas manos. Aplica un poco de loción o aceite para masajes.
- Pon tus manos alrededor del pie. Tus pulgares deben estar ubicados en la parte inferior. Presiónalos y muévelos lentamente hasta los dedos de los pies. Puedes hacer esto como un solo movimiento o levantando los pulgares. Asegúrate de moverte a lo largo de la línea imaginaria del centro de tu pie.
3. Frota la almohadilla de cada dedo del pie y luego apriétala durante unos 30 segundos.
4. Coloca la base de cada dedo del pie entre el índice y el pulgar y suavemente tira hacia arriba. Termina apretando los espacios entre los dedos.
5. Masajea la parte anterior del pie con ambas manos. Puedes realizar movimientos largos o masajear con los pulgares moviéndolos en pequeños círculos. Repite el proceso en el arco del pie y en los talones.
6. Frota suavemente tu tobillo. Para hacer esto, rota el pie un poco para aflojarlo. Mantén la mano plana y úsala para frotar la zona debajo del tobillo hacia delante y hacia atrás. Luego masajea desde los dedos hasta el tobillo con movimientos largos.
7. Finaliza el masaje con movimientos suaves y calmantes, desde el tobillo hasta la rodilla.
Técnicas especiales
- Siéntate y coloca tu pie sobre la rodilla de la pierna opuesta. Aplica un poco de loción o aceite para masajes.
- Toma tu pie con la mano desde el lado exterior y dobla los dedos. Verás una pequeña depresión ubicada debajo del metatarso.
- Coloca el pulgar en este punto y masajea, moviéndolo en pequeños círculos.
- Luego, simplemente mantén el pulgar en el lugar y presiona sobre él.
- Siéntate y coloca tu pie sobre la rodilla de la pierna opuesta. Aplica un poco de aceite o loción en los arcos de los pies.
- Coloca el pulgar en la parte inferior del arco del pie y muévelo hacia arriba y hacia abajo, haciendo movimientos cortos. Repite varias veces.
Nota: También puedes intentar presionar con ambos pulgares y moverlos a lo largo del arco, como los movimientos de un gato amasando.
- Siéntate en una silla y coloca una pelota de tenis debajo de tu pie.
- Encuentra un punto sensible o de dolor haciendo rodar la pelota con el pie.
- Cuando lo encuentres, presiona la pelota. Debes notar cómo la sensación se vuelve gradualmente más suave.
- Permanece en esta posición durante 3-5 minutos.
Nota: Puedes utilizar otro tipo de pelotas o un equipo adicional, como espumas de rodillo o palos. La distribución de la presión será diferente, lo que ayudará a masajear mejor otras zonas de los pies.