Ideas En 5 Minutos
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Cómo y por qué aparecen los lunares

Casi todo el mundo tiene lunares. Su número, color y forma pueden variar a lo largo de la vida. Estos cambios resultan bastante inofensivos, pero a veces pueden ser un presagio de problemas graves.

En Ideas en 5 minutos te contamos de dónde vienen los lunares y por qué es importante observar sus cambios.

❗ El artículo tiene carácter meramente informativo y no puede sustituir el asesoramiento de un especialista.

Qué son los lunares

Los lunares son pequeños crecimientos de la piel que pueden variar en color desde uno claro, ligeramente diferente del de la piel, hasta uno oscuro: marrón o negro. Pueden aparecer en cualquier parte: en la piel o en las mucosas, solos o en grupos. La mayoría de los lunares aparecen en el cuerpo de una persona durante la infancia, pero pueden seguir formándose durante toda la vida. Con el tiempo, algunos de ellos pueden cambiar ligeramente: subir un poco sobre la superficie, volverse más claros, cubrirse de vello e incluso desaparecer sin dejar rastro.

Por qué se forman

Aun estando en el útero, el feto en desarrollo comienza a producir melanocitos, las células que serán responsables del color de su piel. Tras el nacimiento, estas no siempre se distribuyen uniformemente, y en algunas zonas forman aglomeraciones, es decir, lunares.

Cada persona puede tener un número completamente diferente de lunares en su cuerpo. Suele variar entre 30 y 60. La formación de nuevos lunares está influenciada, en gran medida, por la predisposición genética y el tiempo que la persona permanece expuesta al sol. Las zonas del cuerpo que se exponen más a la luz solar suelen tener más lunares. Aunque pueden aparecer en cualquier lugar, incluso en los más protegidos del sol.

Durante la adolescencia y el embarazo, debido a la exposición a la luz solar, los lunares pueden oscurecerse. En la mayoría de los casos, estos cambios no son peligrosos, pero si notas que cambian de manera desigual y tienen un aspecto extraño, asegúrate de consultar con un médico.

Por qué es importante prestarles atención

Un lunar “bueno” debe tener los bordes limpios, una forma plana o abombada y un diámetro de unos 6 mm. Su color y tamaño deben permanecer prácticamente sin cambios a lo largo del tiempo. Pero hay una serie de síntomas alarmantes que son un motivo serio para buscar una consulta médica de inmediato:

  • Un agrandamiento del lunar o cambios en su forma (por ejemplo, la formación de bordes irregulares en el lunar)
  • Cambio en el color del lunar
  • Pérdida de simetría del lunar
  • Molestias en la zona del crecimiento (picor o dolor)
  • Inflamación del lunar, aparición de costras u otros detalles en él

Es importante revisar los lunares con regularidad para detectar estos cambios a tiempo y prevenir complicaciones.

Imagen de portada Freepik
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