Ideas En 5 Minutos
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Qué frutos pueden madurar por sí solos y por qué ocurre esto

Un racimo de plátanos verdes después de un par de días se convierte en un racimo de plátanos maduros. Esta es una situación conocida por muchas personas. Pero, ¿por qué sucede esto? El fruto ha sido retirado desde hace tiempo del árbol, pero aún así continúa madurando poco a poco.

Ideas en 5 minutos te explicará por qué algunas frutas y verduras continúan madurando por sí solas.

Por qué a medida que los frutos maduran cambian de color

Las frutas, verduras y bayas sin madurar frecuentemente tienen un color verde, el cual cambia durante el proceso de maduración. Tal cambio de color está relacionado con el funcionamiento de los pigmentos en las células de la planta. En un principio, las células de los frutos contienen una mayor cantidad de pigmento verde: clorofila. A medida que el fruto o verdura madura, la clorofila se descompone y se reemplaza por pigmentos de otro color: carotenoides o antocianinas. Precisamente estos son los que determinan el color final de un fruto.

Qué ocurre cuando maduran las frutas

A medida que una planta absorbe los nutrientes que se encuentran en el agua del suelo, los frutos comienzan a crecer gradualmente y aumentan su tamaño. En las células de los frutos se acumulan azúcares, almidón, agua, vitaminas, minerales y otros compuestos.

Con el paso del tiempo, el almidón dentro de los frutos comienza a descomponerse de forma activa. Este se descompone en azúcares simples (fructosa, glucosa y sacarosa), de ahí es de donde las frutas obtienen un sabor dulce. Al mismo tiempo, la cantidad de alcaloides disminuye en el interior de la planta. Estos son compuestos vegetales que le dan al fruto un sabor amargo.

A medida que el fruto madura, las paredes celulares que rodean a la célula vegetal comienzan gradualmente a descomponerse. El fruto se vuelve más suave.

Conforme el fruto madura, también sintetiza compuestos completos que podemos sentir al respirar el olor de los frutos.

Por qué algunos frutos continúan madurando por sí solos

A pesar de que todas las frutas, verduras y bayas después de ser cosechadas experimentan cambios, no todos ellas son capaces de madurar.

Algunos frutos pueden volverse muy jugosos y maduros solo en combinación con la planta madre. Después de la cosecha, estos no son capaces de volverse más dulces, ya que dejan de acumular almidón durante el proceso de maduración. Cuando los nutrientes, incluido el almidón, dejan de ser absorbidos por el fruto desde la planta, el fruto deja de madurar. Este tipo de frutos deben de ser cosechados en su punto óptimo de maduración. Y se deben de comer antes de que se echen a perder.

Esto es algo característico de algunos tipos de bayas, uvas, cítricos y piñas.

Otros frutos continúan madurando incluso después de ser cosechados, volviéndose más sabrosos y aromáticos. Esto sucede por la constante respiración celular, en cuyo proceso la fruta o verdura produce etileno. La pequeña concentración de etileno hace que el fruto produzca más y más gas hasta alcanzar su máxima concentración. El etileno actúa en los frutos, causando un aumento en su metabolismo y provocando cambios que frecuentemente ocurren durante la maduración.

Los frutos que pueden madurar después de la cosecha son los plátanos, duraznos, nectarinas, chabacanos, mango, kiwi, pera, aguacate y jitomates.

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