Cuánto tiempo duermen los insectos
La mayoría de los insectos son tan pequeños que es difícil ver si están dormidos o no. Aunque seguramente nadie ha visto nunca a un saltamontes o a una hormiga con los ojos cerrados.
En Ideas en 5 minutos decidimos averiguar si los insectos necesitan dormir y, si es así, cómo descansan.
La respuesta corta a la pregunta “¿Los insectos duermen?” puede ser un simple sí. Pero como no tienen párpados, lo hacen con los ojos abiertos.
Las cucarachas doblan sus antenas para proteger sus sentidos. Las hormigas duermen en intervalos cortos de hasta 250 veces al día, retrayendo sus antenas, quedándose quietas y dejando de responder a otras hormigas de su entorno. Por otro lado, al dormir, las mantis se inclinan hacia abajo, mientras que las abejas reaccionan menos a los estímulos externos.
Las mariposas “se acuestan” hacia el atardecer, adhiriéndose a las hojas, la corteza de los árboles y otros objetos. Cuando la temperatura del aire desciende, caen en un estado de somnolencia. Sin descanso, no podrán alimentarse de la forma correcta y pondrán huevos en plantas completamente diferentes a las adecuadas para su alimentación.
El sueño de la mosca de la fruta, la Drosophila, se asemeja mucho al tipo con el que estamos familiarizados. Presentan cambios en la actividad cerebral en función de sus fases de vigilia. El sueño de estos insectos puede verse influido por ciertos estimulantes o somníferos, los cuales también afectan el de los mamíferos.
La privación prolongada del sueño puede convertirse en un grave problema para los humanos, al igual que los insectos pueden sufrir la falta de descanso. Algunas abejas melíferas, cuyo sueño fue severamente restringido, se mostraron incapaces de transmitir información precisa a sus compañeras sobre las fuentes de alimento y los lugares para establecer colmenas. Normalmente, las abejas utilizan una danza especial para comunicarse. Las que se vieron privadas de sueño “bailaban” de forma diferente y no transmitían información precisa sobre la dirección necesaria del movimiento.
Experimentos también han confirmado que el sueño afecta a la inteligencia de las moscas de la fruta: a las que se las dejó suficiente tiempo para dormir, se enfrentaron más fácilmente a tareas sencillas que aquellos insectos a los que se los obligó a permanecer despiertos durante mucho tiempo.