Cómo congelar verduras y setas para el invierno
La congelación es una de las formas más rápidas y convenientes de mantener frescas las verduras de temporada. Los alimentos debidamente congelados no ocupan mucho espacio, son fáciles de preparar y conservan sus propiedades beneficiosas tanto como sea posible.
Ideas en 5 minutos te contará en detalle cuáles son las mejores maneras de congelar verduras y setas para el invierno.
Dentro de qué puedes y no puedes congelar comida
Recipientes que no son aptos para congelar alimentos:
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bolsas de papel
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papel para envolver y de pergamino
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frascos y recipientes de vidrio
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contenedores de metal
Recipientes en los que puedes congelar alimentos:
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bolsas de celofán para alimentos
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bolsas con cierres ziploc
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recipientes de plástico para alimentos
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papel film
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bandejas para cubitos de hielo
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papel de aluminio de calidad alimentaria
Truco de vida: si no tienes la oportunidad de comprar envases o bolsas especiales para alimentos, puedes utilizar fácilmente las herramientas disponibles a mano. Usa recipientes que te queden de queso para untar, crema de leche, paquetes de leche o de jugo y otros recipientes adecuados para almacenar alimentos.
Qué alimentos no deben congelarse
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Lechuga. Después de la congelación, pierde su apariencia y su sabor.
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Pepinos. Después de la congelación, esta verdura no perderá su sabor, pero luego de descongelarla no se verá muy atractiva. Debido a la gran cantidad de agua que contiene, la consistencia del vegetal puede cambiar significativamente.
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Rábano. Cuando se congela, este cultivo de raíces se cristaliza y pierde sus propiedades beneficiosas. Al descongelarlo, se vuelve líquido, blando e insípido.
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Papas. Cuando se congelan en casa (no industrialmente), las papas pierden rápidamente su sabor y adquieren un sabor dulce.
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Sandía. Debido a la gran cantidad de agua que contiene esta fruta, no se recomienda congelarla: en lugar de una pulpa fragante, al descongelarla corres el riesgo de obtener algo líquido y sin forma.
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Cebolla. Al descongelarla, esta verdura se ablandará, por lo que debes congelar este producto después de blanquearlo o directamente abandonar la idea de congelar cebollas.
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Ajo. Como la cebolla, pierde su apariencia original y se vuelve suave. Además, cuando se congela, esta verdura pierde algo de su sabor y su aroma, aunque conserva todas las propiedades beneficiosas.
Cómo congelar champiñones
Necesitarás:
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champiñones frescos
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cuchillo
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tabla de cortar
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toallas de papel
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contenedores para congelador
Proceso de trabajo:
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Retira los champiñones de su empaque y enjuaga bien cada uno.
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Corta las manchas oscuras de las patas y de los sombreros.
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Coloca los champiñones lavados y pelados sobre toallas de papel y deja que se sequen bien. Para acelerar el proceso, puedes frotar cada hongo con una toalla de papel.
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Corta los champiñones en trozos. Puedes cortarlos en mitades, cuartos o rodajas. También es conveniente congelar pequeños hongos enteros.
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Coloca los champiñones en recipientes para congelar y ponlos en el congelador.
Cómo congelar maíz
Necesitarás:
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maíz en la mazorca
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cuchillo
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cacerola grande
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cuenco de agua fría
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toallas de papel
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tabla de cortar
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contenedores para congelar
Proceso de trabajo:
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Pela bien la mazorca. Quítale todas las hojas y los pelos sedosos.
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Para que el maíz conserve su sabor y su forma, debe blanquearse antes de ser congelado. Para hacer esto, coloca una olla grande de agua a fuego moderado y lleva el agua a hervor.
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Sumerge el maíz en el agua, cubre la olla con una tapa y cocina a fuego lento durante unos 5 minutos.
Importante: No uses sal al cocinar para que el sabor y la textura de la verdura permanezcan iguales.
4. Coloca un recipiente con agua fría al lado de la olla antes de sacar el maíz. El agua no debe estar a temperatura ambiente, sino fría. Incluso puedes agregarle cubitos de hielo.
5. Retira el maíz de la olla y ponlo inmediatamente en el recipiente con el agua fría. Enfría el maíz durante otros 5 minutos.
6. Pon la verdura sobre una toalla o servilleta de papel y deja escurrir el exceso de agua.
7. Cuando el maíz esté un poco más seco, coloca la mazorca en la tabla de cortar con la punta hacia abajo. Y corta con cuidado los granos con un cuchillo afilado.
8. Coloca el maíz en una capa fina sobre una tabla de cortar o un plato grande cubierto con servilletas de papel. Esto permitirá que se enfríe de manera uniforme y que se elimine el exceso de agua.
9. Cuando el maíz esté frío, colócalo en los recipientes para congelar y ponlos en el congelador.
Cómo congelar calabaza
Necesitarás:
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calabaza fresca
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cuchillo
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tabla de cortar
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papel film
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toallas de papel
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contenedores para congelar
Proceso de trabajo:
1. Lava bien la calabaza y pélala. La forma más sencilla de hacerlo es cortarla en aros o rebanadas y pelar cada rebanada por separado.
2. Corta la calabaza en trozos pequeños, enjuágalos y colócalos sobre toallas de papel para que se sequen.
3. Envuelve la tabla de cortar con papel film, pero no cortes el film todavía.
4. Coloca los trozos de calabaza en la tabla de tal forma que no se toquen entre sí. Envuélvelos con papel film nuevamente. Retira el film restante.
5. Coloca la calabaza en el congelador para la primera congelación.
6. Cuando las piezas estén lo suficientemente sólidas, retíralas de la tabla y pásalas a un recipiente para congelar. Vuelve a poner la verdura en el congelador.
Cómo congelar pimientos
Necesitarás:
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pimientos morrones
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cuchillo
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tabla de cortar
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toallas de papel
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contenedores de congelación
Proceso de trabajo:
1. Enjuaga y seca los pimientos con toallas de papel.
2. Quita las semillas del vegetal. Para hacer esto, corta la parte superior del pimiento en un círculo y saca todo el núcleo.
3. Si deseas congelar pimientos para rellenarlos, simplemente colócalos en un recipiente para congelar y ponlos en el congelador metiendo los pimientos uno dentro del otro.
4. Si planeas usar los pimientos en ensaladas, guisos y sopas, hay que picarlos antes de congelarlos. Corta el vegetal en tiras o cubos, luego sécalos con una toalla.
5. Pasa los pimientos picados a un recipiente para congelar y ponlos en el congelador.
Cómo congelar calabacín
Antes de congelar esta verdura, ten en cuenta que no todos los vegetales son adecuados para este propósito. Lo mejor es utilizar calabacines jóvenes de piel fina. Los vegetales más maduros tendrán pulpa porosa y fibrosa, lo que puede afectar la calidad del producto congelado.
Necesitarás:
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calabacín joven o zucchini
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cuchillo
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tabla de cortar
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olla
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cuenco de agua fría
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servilletas de papel
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contenedores para congelar
Proceso de trabajo:
1. Enjuaga y pela el vegetal.
2. Corta los calabacines en rodajas.
3. Coloca una olla con agua en el fuego y, tan pronto como el agua rompa el hervor, sumerge las rodajas de calabacín en ella.
4. Coloca una tapa en la cacerola, reduce el fuego y cocina los calabacines de 2 a 3 minutos.
5. Prepara un recipiente con agua fría antes de sacar las verduras de la olla.
6. Retira las rodajas de calabacín de la olla y sumérgelas rápidamente en agua fría. Deja enfriar de 2 a 3 minutos.
Importante: si te saltas la etapa de blanqueamiento, corres el riesgo de obtener una papilla informe en lugar de una verdura al descongelar el calabacín.
7. Seca las rodajas con una toalla de papel. Cuando el calabacín esté lo suficientemente seco, pásalo a un recipiente para congelar y ponlo en el congelador.
Cómo congelar coliflor o brócoli
Necesitarás:
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coliflor fresca o brócoli
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cuchillo
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tabla de cortar
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olla
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cuenco de agua fría
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toallas de papel
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contenedores para congelar
Proceso de trabajo:
1. Lava la cabeza de la coliflor, quítale las hojas, corta el tallo y desármala en ramitas sueltas.
2. Vierte el agua en una cacerola y llévala a punto de ebullición. Sumerge las ramitas de coliflor en agua hirviendo de 3 a 5 minutos.
3. Prepara un recipiente con agua fría y, después de hervir, sumerge las ramitas de col en ella inmediatamente. Enfría la verdura durante otros 3 a 5 minutos.
4. Coloca la coliflor sobre toallas de papel y sécala bien.
5. Distribuye las ramas en recipientes o bolsas y ponlas en el congelador.
Cómo congelar hierbas frescas
La mayoría de las hierbas frescas a las que estamos acostumbrados se mantienen congeladas perfectamente. Puedes almacenar los brotes verdes enteros y picados, o hacer cubos de mantequilla de hierbas aromáticas. Te mostraremos dos formas de congelar hierbas frescas.
Método número 1
Necesitarás:
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hierbas de tu elección (perejil, eneldo, espinaca, albahaca, ajo silvestre, apio)
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cuchillo o tijeras afiladas
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tabla de cortar
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toallas de papel
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contenedores para congelar
Proceso de trabajo:
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Enjuaga las hierbas y sécalas con toallas de papel.
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Pica finamente los brotes.
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Coloca las hierbas en una bolsa o un recipiente para congelar y ponlas en el congelador.
Para combinaciones de sabores inusuales, puedes congelar varios tipos de hierbas en un solo recipiente.
Método número 2
Necesitarás:
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hierbas de tu elección (perejil, eneldo, albahaca, flechas de ajo, tomillo, estragón)
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aceite de girasol o de oliva
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cuchillo o tijeras afiladas
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tabla de cortar
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toallas de papel
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bandejas para cubitos de hielo
Proceso de trabajo:
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Enjuaga las hierbas y limpia el exceso de agua con toallas de papel.
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Pica las hierbas finamente y colócalas en bandejas de cubitos de hielo hasta la mitad.
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Llena las celdas con aceite vegetal y pon las bandejas en el congelador.
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Después de 24 horas, puedes sacar los cubos congelados y pasarlos a otro recipiente para su almacenamiento.
Cómo congelar tomates
A pesar de que los tomates pierden firmeza al congelarse, es muy cómodo almacenar estos vegetales en el congelador. Puedes congelarlos enteros o en trozos. Y de los tomates con defectos se puede hacer pasta de tomate.
Método número 1
Necesitarás:
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tomates medianos y bastante firmes (lo mejor es usar los tomates cherry)
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servilletas de papel o toallas
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recipientes para congelar (en este caso los tuppers son mejores que las bolsas)
Proceso de trabajo:
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Lava los tomates y sécalos con toallas de papel.
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Coloca los tomates en un recipiente de modo que queden bastante sueltos y no se toquen demasiado.
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Pon el recipiente en el congelador.
Importante: Si decides usar bolsas para congelar, primero congela los tomates en una superficie plana (por ejemplo, en una tabla de cortar) y luego pásalos a una bolsa para guardarlos. Así, en el proceso de congelación, los tomates no se pegarán y conservarán mejor su forma original.
Método número 2
Necesitarás:
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tomates grandes y firmes
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servilletas de papel
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cuchillo afilado
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tabla de cortar
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papel film
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contenedores para congelar
Proceso de trabajo:
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Enjuaga los tomates y sécalos con toallas de papel.
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Corta cada tomate en rodajas de 1 a 1,5 cm de grosor.
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Envuelve una tabla de cortar seca con papel film y coloca las rodajas de tomates de modo que no se toquen entre sí.
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Pon las rodajas de tomate en el congelador para su primera congelación.
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Cuando se congelen, sepáralas con cuidado de la tabla y pásalas al recipiente donde se almacenarán.
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Vuelve a poner los tomates en el congelador.
Importante: usa solo un cuchillo bien afilado que no aplaste los tomates al cortarlos.
Método número 3
Necesitarás:
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tomates (cualquier tipo servirá, incluidos los blandos o con defectos)
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cuchillo
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tabla de cortar
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licuadora
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contenedores para congelar
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bandejas de cubitos de hielo (para congelar las porciones)
Proceso de trabajo:
1. Lava bien los tomates y corta las partes oscuras o abolladas. También quita los puntos de sujeción del tallo de los tomates.
2. Corta los tomates en trozos grandes y ponlos en una licuadora.
3. Bate los tomates hasta que se conviertan en una pasta de tomate espesa.
4. Pasa la pasta de tomate a un recipiente para congelar y llévala al congelador.