Cómo hacer crecer un manzano a partir de una semilla
Antes de comenzar a cultivar un manzano a partir de una semilla, debes prepararte para el hecho de que este proceso será difícil y laborioso. Además, es importante entender que se trata de una especie de lotería. De la semilla de la fruta incluso más dulce y hermosa puede crecer un árbol absolutamente salvaje, que no dará nada más que manzanas agrias y no comestibles. Por lo tanto, si tienes la oportunidad, es mejor llevar directamente una plántula.
Ideas en 5 minutos te ayudará a hacer crecer un manzano a partir de una semilla. Sin embargo, hay que tener en cuenta desde el comienzo que recién podrás ver los primeros frutos en unos 8 a 10 años después de la siembra. Así que ármate de paciencia y prepárate para trabajar duro.
Preparación de las semillas
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Toma las semillas del corazón de la manzana. Puedes utilizar varias frutas diferentes a la vez para aumentar el porcentaje de germinación.
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Coloca las semillas en un recipiente con agua. Revuélvelas suavemente con un palo de madera durante 3 minutos. Presta atención a cuáles flotan en la superficie y cuáles están en el fondo. Para plantar, estas últimas son más adecuadas.
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Coloca las semillas sobre una toalla de papel. Dales tiempo para que se sequen bien. Para ayudar al proceso, dales la vuelta cada 2 días. Después de aproximadamente un mes, verás que las semillas cambian de color oscuro a claro y se ven más secas.
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Mezcla las semillas secas con arena o turba, agrega carbón activado triturado. Humedece, rociando con agua. Coloca la mezcla resultante en un recipiente con cierre hermético: una bolsa o recipiente con tapa hermética.
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Coloca el recipiente en el refrigerador. Las semillas deben estratificarse para estimular la germinación. Esta etapa llevará unos tres meses. Asegúrate de que la tierra permanezca húmeda todo el tiempo. No olvides verificar el estado de las semillas, desecha las que se vuelvan mohosas de inmediato.
Consejo: es mejor comenzar a preparar las semillas en el otoño para que en la primavera estén listas para ser plantadas en el suelo.
Plantado de las semillas
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Prepara un recipiente para plantar. Si tienes pocas semillas, puedes plantarlas en macetas. De lo contrario, es mejor utilizar cajas o contenedores. Una capa de drenaje es imprescindible para que el exceso de agua se drene. Para esto servirá arcilla expandida, ladrillos rotos o piedras pequeñas.
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Prepara el suelo. Puedes usar una mezcla de suelo ya preparada o un suelo fértil, completándolo con superfosfato, ceniza y sulfato de potasio.
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Planta las semillas. Coloca las semillas germinadas a unos 2 o 3 cm de distancia y no más de 1,5 cm de profundidad, tapando suavemente la parte superior con tierra. Manéjalas con mucho cuidado, ya que todavía son muy frágiles y delicadas.
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Humedece el suelo. Toma una botella con atomizador y rocía la capa superior de tierra con agua, evitando que se empape. Coloca los recipientes con semillas en un alféizar de la ventana en el lado soleado para que haya mucha luz.
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Cuando los brotes estén fuertes y crecidos, trasplántalos a recipientes más grandes. Continúa haciendo esto durante un año desde el momento en que plantaste las semillas en el suelo por primera vez. Luego será el momento de colocar las plántulas en el jardín. Pero haz esto solo después de la época de las heladas.
Plantación de los brotes
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Selecciona un sitio en el jardín. No debe estar en un lugar con sombra: un árbol joven necesita mucho sol. Busca otros árboles cercanos que contribuyan a la polinización cruzada. Y asegúrate de que el agua no se estanque en el área seleccionada. Los manzanos aman la humedad, pero no demasiado.
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Prepara el suelo. Limpia el área de piedras y malezas. Excava la tierra, aflójala. Puedes agregar té de humus de lombriz, pero en ningún caso fertilizar con materia orgánica activa, estiércol o excrementos, de lo contrario, quemarás las raíces jóvenes de los brotes o introducirás una infección bacteriana.
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Planta el brote al aire libre. Hazlo con cuidado para no dañar las raíces. Tapa con tierra encima. Riega de una regadera con boquilla rociadora.
Consejo: para proteger la plántula de daños, coloca una red alrededor.