Por qué los tatuajes permanecen en la piel y qué tan seguro es hacerse uno
Científicos averiguaron que un tatuaje penetra en la piel más profundo de lo que solemos pensar, y no solo se convierte en parte de los tejidos humanos, sino también del sistema linfático.
Ideas en 5 minutos averiguó por qué los tatuajes permanecen en la piel y qué tan seguro es hacerse uno.
Importante: este artículo es solo para fines informativos. Siempre contacta a tu médico en caso de emergencia o si tienes problemas de salud.
Cómo se hacen los tatuajes
En pocas palabras, el proceso de aplicar un tatuaje se puede describir de la siguiente manera:
- Una herramienta especial con una aguja se sumerge en tinta.
- Al usar esta herramienta, el pigmento de color se inyecta en la capa de la dermis a una profundidad de 1,5 a 2 mm por debajo de la piel.
- La aguja perfora la epidermis a una velocidad de 100 veces por segundo.
- La tinta penetra y se acumula en la dermis papilar.
- El organismo reacciona percibiendo esto como una herida y activa el proceso de detener el sangrado, por eso la piel alrededor de un tatuaje recién hecho se hincha.
- Se activa la defensa inmunitaria para neutralizar los microbios.
- Cada colágeno dañado se repara, formando el tejido cicatricial.
- Cuando la capa superior de la piel cicatriza, el pigmento de color queda atrapado y permanece dentro de la piel.
Si los tatuajes se aplicaran en las capas superficiales de la piel, entonces los dibujos desaparecerían después de 3 semanas, precisamente el período que se necesita para que el organismo renueve las células de la epidermis.
Con el paso del tiempo, el tatuaje puede desvanecerse y volverse borroso, dado que la tinta se desplaza más adentro en la dermis.
Qué tan profundo penetra la tinta
Los científicos han descubierto que después de aplicar un tatuaje, algunas partículas de tinta salen de la piel a través de los vasos sanguíneos y penetran en el sistema linfático. En este caso, los nódulos linfáticos adquieren un color similar al de la tinta. Además, las partículas de tinta roja y negra son capaces de depositarse en el hígado. Por lo tanto, se puede decir que los tatuajes no solo adornan el cuerpo por fuera, sino también por dentro.
Este descubrimiento plantea la cuestión de en qué medida se esparcen las partículas de tinta por todo el cuerpo. Un estudio realizado con ratones mostró que 42 días después de hacerse el tatuaje, la cantidad de tinta disminuyó un 32 % (con una precisión de más o menos 16 %). Es decir, quedó aproximadamente un 68 % del pigmento, por eso los tatuajes continúan siendo visibles durante tanto tiempo.
Al exponer el área tatuada de la piel a la luz solar artificial y a la radiación láser, la cantidad de partículas de tinta en la piel también disminuyó.
Qué puede salir mal
En cuanto a los materiales del tatuaje y los productos de descomposición que se forman a la hora de eliminarlos con un láser, los científicos destacan la siguiente preocupación:
- Fototoxicidad posible
- Migración de sustancia
- Los ingredientes de la tinta se convierten en sustancias tóxicas
Composición de la tinta
Por lo general, la tinta que se usa para los tatuajes se compone de agua, alcohol isopropílico y una mezcla de pigmentos orgánicos finos. Para elaborar la tinta negra se usa hollín.
La tinta también puede contener sustancias menos inofensivas. Por ejemplo, hidrocarburos aromáticos policíclicos, que presentan diversos riesgos para la salud de la piel.
Los pigmentos utilizados en los tatuajes están compuestos por nanopartículas, cuyo tamaño es inferior a 100 nm. A estas se les atribuye un alto nivel de actividad química.
Si un nuevo tatuaje causa molestias tales como picazón, sensibilidad a la luz e hinchazón, lo más probable es que sea un efecto secundario del uso de pigmentos negros o rojos. Sin embargo, puede surgir dolor debido a que en los lugares de perforación se encuentran nervios y vasos sanguíneos. Por lo tanto, el proceso tal cual de aplicar tatuajes en el cuerpo puede ser doloroso.
Desafortunadamente, en la mayoría de los casos, los fabricantes de tintas no están obligados a revelar la lista de ingredientes utilizados y la composición química exacta de sus productos.