Qué tan cierto es que los alimentos en conserva contienen conservantes
La palabra “conservas” extrañamente es consecuente con el término “conservantes”. Además, el hecho de que los alimentos enlatados o conservas puedan guardarse por años no hace más que reforzar los temores relacionados con su composición.
Ideas en 5 minutos te contará cómo se hacen las conservas y si realmente poseen conservantes en su composición.
Qué es la conservación
La conservación (del latín conservati — “preservación”) es un método para conservar los alimentos, evitando así su descomposición y guardándolos en recipientes herméticamente cerrados. El método consiste en sellar herméticamente los alimentos dentro de un frasco o lata, calentarlos a altas temperaturas, mantenerlos calientes durante un tiempo determinado y después dejar el recipiente cerrado hasta el consumo de su contenido.
El principio consiste en eliminar todos los microorganismos en la comida y no permitir la aparición de nuevos. Los productos se sellan en frascos y posteriormente se calientan hasta alcanzar una temperatura capaz de eliminar cualquier microorganismo y esporas, los cuales pueden crecer en el frasco. Hasta que el recipiente permanezca sellado, los alimentos conservan su frescura, ya que los microbios no pueden ingresar.
La conservación generalmente se emplea en verduras, frutas, pescado, carne, productos lácteos y refrescos. Este método permite conservar una gran cantidad de nutrientes, tales como proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas A, C, D y B2. Estos se conservan en su totalidad. Por otro lado, la conservación de la vitamina B1 depende de la duración del tratamiento térmico durante el enlatado. También se debe tener en cuenta que algunas vitaminas u oligoelementos pueden disolverse en salmuera o jarabe durante el proceso de elaboración. Estos líquidos también se pueden consumir junto con los alimentos conservados y, de esta forma, obtener su valor nutritivo.
Cómo se hacen las conservas
Por lo general, el proceso de conservación se compone de 6 etapas.
- Preparación. Los alimentos se clasifican, se lavan bajo un fuerte chorro de agua, se pelan y, en caso de ser necesario, se cortan en pedazos.
- Escalado. Antes de conservarse, casi todas las verduras y algunas frutas se sumergen agua caliente o se procesan con vapor. Esto ayuda a ablandar los alimentos y facilita su colocación en los recipientes. Además, el escalado inactiva la fermentación, la cual puede causar cambios no deseados en los alimentos antes de su conservación.
- Colocación en recipientes. Frascos, botellas u otros envases se llenan de los alimentos preparados. En caso necesario, también se vierte un líquido: jarabe, salmuera, jugo o salsa. Esto ayuda a llenar el espacio lo mayor posible y mejorar el sabor del producto final.
- Sellado del recipiente. Por lo general, las botellas, frascos y otros recipientes se llenan y cierran al vacío para evitar que al interior entre incluso la mínima cantidad de aire.
- Procesamiento térmico. Después de su sellado, los recipientes se esterilizan. Se calientan a altas temperaturas y se mantienen así durante un tiempo determinado para eliminar las bacterias, hongos y levadura que puedan estar presentes en los alimentos. El calentamiento se realiza en hornos o calderas de alta presión a una temperatura cercana a los 116 °C.
- Etiquetado del producto final. Después de la esterilización, los envases se enfrían en agua fría o al aire, después se etiquetan y se envían al almacén.
¿Se agregan conservantes a las conservas?
La mayoría de los productos en conserva no contienen conservantes. El proceso de conservación protege a los alimentos de su descomposición, por eso no es necesario agregar conservantes artificiales.
Sin embargo, algunos fabricantes quieren aumentar la vida útil de los alimentos en conserva añadiendo conservantes naturales o artificiales. Entre los primeros se incluyen sal y azúcar, los cuales no solo prolongan la fecha de caducidad de los alimentos, sino también ayudan a mejorar su sabor. Sin embargo, en la composición también se pueden encontrar conservantes artificiales. Por ejemplo, sulfato de potasio, dióxido de azufre, bisulfito de potasio, metabisulfito de potasio o sulfito de sodio. Sin embargo, para evitar adquirir este tipo de conservas, simplemente analiza la composición del producto antes de comprarlo. Lo ideal es que no contenga nada, excepto los siguientes ingredientes:
- El producto conservado
- Jarabe, jugo, salsa o salmuera como relleno
- Sal o azúcar como conservante natural