Por qué hay tantos idiomas
Hoy en día, hay más de 7000 lenguas en el mundo. Y la razón de tantos idiomas es tan antigua como la propia humanidad. Sin embargo, cuando consideramos la diversidad de idiomas y los elementos que formaron estos dialectos, algunas teorías recobran sentido.
En Ideas en 5 minutos, indagamos en sus raíces y presentamos, a continuación, algunos factores que favorecieron la formación de nuevas lenguas.
1. Las lenguas cambian cuando la gente se desplaza
Una de las principales razones de la aparición de múltiples idiomas es la distancia y el tiempo. La gente siempre está en movimiento para explorar nuevas actividades. Y con el tiempo, los idiomas también se modifican y evolucionan. Por ejemplo, si tratas de leer el Cantar de mio Cid por primera vez, seguramente te darás cuenta de que el español ha cambiado enormemente con el paso de los años.
La conclusión aquí es que cuando los grupos de personas que se comunican con una lengua común se separan por la distancia, sus dialectos también pueden evolucionar en diferentes direcciones. Y finalmente, con el tiempo, acaban hablando dos idiomas distintos aunque relacionados.
2. El idioma puede haberse desarrollado en diferentes lugares
Hay dos teorías que establecen el origen de la lengua. Una dice que todas las lenguas provienen de una única lengua ancestral, también conocida como monogénesis. Mientras que la otra teoría afirma que los idiomas evolucionaron de forma independiente, sin implicar una lengua ancestral de ningún tipo. Esto se llama poligénesis.
Por lo tanto, existe la posibilidad de que la diversidad lingüística ya tuviera lugar desde el principio. Aunque hubiera un solo idioma común para empezar, los seres humanos aún podrían hablar varias lenguas porque se desplazaban mucho.
3. La geografía influye en la lengua
Se ha comprobado que Europa tiene unas 225 lenguas y Papúa Nueva Guinea tiene unas 820 lenguas. Los idiomas se distribuyen de manera desigual por el mundo debido a las condiciones geográficas. Además de tener selvas tropicales, Papúa Nueva Guinea es mayoritariamente montañosa. Por eso, su población ha desarrollado sus propias lenguas que pueden sonar diferentes entre sí.
Esto es posible gracias a la adaptación acústica. Es una forma en la que las especies alteran sus sonidos o voces en función de su entorno para hacerse oír.
En regiones más densas y en los climas cálidos, las consonantes se vuelven menos audibles que las vocales, sobre todo las letras p, t y k, ya que tienen frecuencias más altas que las vocales. Por tanto, si la zona tiene muchos árboles, el entorno favorecerá más las vocales a la hora de comunicarse.
4. La lluvia también afecta la diversidad lingüística
Los investigadores realizaron un experimento para estudiar la diversidad lingüística en Australia y descubrieron que la lluvia influía significativamente en la cantidad y distribución de las lenguas en el país. Esto se debe a que cuanto más llueve en una zona determinada, más personas puede albergar. Cuanta más gente, más idiomas puede desarrollar.