Cómo la crítica influye en el futuro de un niño
Los padres suelen criticar a sus hijos. La mayoría de las veces, lo hacen con buenas intenciones, con la esperanza de que sus observaciones ayuden a su niño a evitar errores en el futuro y a cambiar su comportamiento. Casi todos los papás desean que sus descendientes sean felices. Sin embargo, día a día, sin darse cuenta, los regañan una y otra vez cuando hacen algo malo. Pero ¿qué papel juega la crítica en la crianza de los hijos?
En Ideas en 5 minutos decidimos averiguar si vale la pena criticar a los niños, cómo esto puede afectarlos en el futuro y cuál es la mejor forma de comportarse como un adulto cuando la indignación nos deja sin aliento.
Qué es la crítica
Una crítica es una expresión de desaprobación hacia alguien o algo, tomando en cuenta los defectos o errores percibidos. Esta observación no solo señala un error cometido, sino también le da a entender a una persona que el problema no son solo sus acciones, sino que ella misma es “mala”.
Qué es lo que un niño piensa cuando lo regañan
Cuando una persona escucha una dura condena en su contra, inmediatamente deja de pensar en sus errores y centra toda su atención en cómo la tratas y en lo injusto que eres con ella. Como resultado, un niño desarrolla una mentalidad de víctima, y su sentido de responsabilidad se desvanece.
Ahora imagina lo inútil que resulta regañar a un niño por su irresponsabilidad. Al hacer esto, involuntariamente reduces aún más su capacidad de comportarse como “adulto” y de responsabilizarse por sus propios actos.
El principal resultado de las críticas es el deseo de reducirlas al mínimo. En ocasiones, un niño comienza a comportarse mejor para lograr esto, pero tal acción puede conducir al secretismo y a las mentiras.
¿Realmente los fuertes regaños pueden ayudar en algo en la crianza?
Los niños siempre toman las críticas de forma muy personal. A diferencia de los adultos, ellos no pueden escuchar tales comentarios con un poco de autoironía y continuar viviendo tranquilamente. Algunas palabras pronunciadas hacia un pequeño pueden quedar grabadas para siempre en su memoria e incluso convertirse en un trauma psicológico.
Además, tales comentarios pueden generar un sentimiento de vergüenza. Lo cual significa que el mensaje del adulto (educar y enseñar a ser mejor) no llega a su destinatario. El cargo de conciencia ayuda a reconocer los errores y provoca el deseo de hacer todo correcto. Mientras tanto, el sentimiento de vergüenza es mucho más fuerte, y puede convencer a las personas de que son inherentemente un desastre y que por eso simplemente no pueden cambiar.
Cómo la crítica puede influir en la personalidad
- Investigadores descubrieron que los niños que son criticados frecuentemente son menos capaces de reconocer las emociones en las personas de su alrededor. Esto está relacionado con el hecho de que un ser humano tiende a utilizar técnicas de evasión para excluir factores de su vida que le causan incomodidad y sentimientos desagradables. Precisamente por eso, los hijos de padres que son demasiado críticos inconscientemente no intentan leer las emociones de los demás. Esto se debe a que tienen miedo de ver expresiones faciales que expresen una actitud de crítica. Como resultado, tampoco perciben los sentimientos positivos.
- Una crítica frecuente inevitablemente destruye una relación de confianza entre un adulto y un niño. Para que esta se vuelva más sólida, un niño debe saber que está rodeado de un amor incondicional y que puede equivocarse frente a ti.
- Una plática interna puede hacer un eco de lo que nuestros padres nos decían de forma regular. Un niño que es criticado de manera constante aprende a juzgarse a sí mismo. Se vuelve inseguro y, en ocasiones, ni siquiera intenta alcanzar los objetivos planteados, pensando que de todos modos no los conseguirá. Por eso, en lugar de criticar, es mucho mejor apoyar y centrarse en lo que ha salido bien.
Cómo llevar las críticas al mínimo
- Recuerda que los niños rara vez se comportan mal para molestar a sus padres. Lo más probable es que todo se deba al cansancio, ansiedad, inseguridad o resentimiento.
- Evita las etiquetas. Cuando hagas un comentario, habla del comportamiento del niño y no del pequeño en sí.
- Inicia la conversación sobre las acciones del niño en un ambiente tranquilo.
- Cuando hagas una observación, sé firme pero respetuoso.
- Pon el ejemplo, nunca hagas nada por lo que regañarías a un niño.
- Mantén tus pensamientos cortos. Evita discursos y discusiones largas.
- Incluso si has hablado de más y has sucumbido a las emociones, no olvides pedir sinceras disculpas por eso.
- Recuerda que todos los padres cometen muchos errores, a veces sin saberlo y realizando actos de buena fe. Estos deslices pueden tener graves consecuencias, pero pueden corregirse con amor, cuidado, apoyo y calidez.