Cómo embellecer tu espalda (6 métodos)
La espalda suele ser una de esas partes del cuerpo a las que prestamos menor atención, ya sea porque usualmente no la vemos o por ser difícil de alcanzar durante una rutina de belleza. Sin embargo, la piel y músculos de esta zona son igual de importantes, por lo que debemos otorgarles el cuidado que se merecen.
Ideas en 5 minutos preparó una guía sencilla para lucir una espalda suave y tonificada.
1. Limpia y exfolia tu espalda regularmente
Es muy común que al tomar un baño o ducha, olvidemos por completo nuestra espalda. Sin embargo, la limpieza y la exfoliación son muy importantes para prevenir la obstrucción de los poros y promover la producción de colágeno, proteína esencial para lucir una piel joven y saludable.
Si es necesario, utiliza elementos como cepillos, esponjas o bandas de tela para lograr esto, asegurándote de que estos sean lo suficientemente suaves para no causar irritación.
2. No te olvides de la humectación
Debido a que el agua caliente puede eliminar la humedad y los aceites naturales de la piel, es importante aplicar una crema o loción humectante después de cada baño. Esto evitará la resequedad y promoverá la circulación sanguínea en tu espalda.
Para mejores resultados, elige productos con ingredientes nutritivos y que se adapten a tus necesidades, como por ejemplo:
- Vitaminas A y B5, para mayor firmeza y humectación.
- Vitaminas antioxidantes C y E, para proteger la piel regenerada y combatir el daño.
- Productos con FPS 15, libres de PABA (ácido paraaminobenzoico), para prevenir el envejecimiento prematuro.
3. Evita llevar mochila
Cualquier elemento que frote tu piel constantemente puede causar irritación y fomentar o empeorar los granos y el acné, por lo que los expertos aconsejan llevar carteras o bolsos que no impliquen cargarlos sobre tu espalda.
4. Cambia y lava tus sábanas semanalmente
Después de varios días de uso, las sábanas y fundas de almohadas acumulan una gran cantidad de células muertas y bacterias que pueden afectar tu piel, causando acné u otros problemas.
Lava tus sábanas una vez a la semana, optando por productos sin fragancias o que sean delicados si ya tienes signos de granos, espinillas o irritación.
5. Adopta una postura adecuada
El correcto alineamiento de tu espalda, al estar de pie o sentada, puede tener un gran impacto en tu apariencia, ya que de esto dependerá la posición apropiada de las articulaciones, huesos y músculos. Además, evitará dolores y reducirá el riesgo de lesiones.
Mantén siempre una posición erguida, contrayendo tu abdomen y con tus hombros levemente hacia atrás. Realiza ejercicios que te ayuden a mejorar en este aspecto, como los que verás a continuación.
Este ejercicio puede ser muy útil si pasas mucho tiempo sentada, ya que te ayudará a abrir y a estirar tu pecho. Para hacerlo:
- Párate con tus pies separados al ancho de tus caderas. Junta tus manos por detrás de tu espalda, entrelazando tus dedos y manteniendo una postura derecha.
- Inhala y levanta tu pecho hacia arriba, en dirección al techo. A la vez, estira tus manos hacia el piso. Respira profundo y mantén esta posición por 5 respiraciones. Luego relaja tus músculos y repite 10 veces.
Este ejercicio puede ayudar a fortalecer y mejorar la posición de los músculos de tu espalda. Realízalo de la siguiente manera:
- Coloca las palmas de tus manos, pies y rodillas sobre el piso, separados y alineados a la altura de las caderas.
- Apoya los dedos de los pies y talones en el suelo y levanta lentamente la cadera hacia el techo, estirando brazos y piernas. Mantén la cabeza relajada y hacia abajo. Contrae el abdomen y mantén esta posición durante 5 inhalaciones lentas y profundas.
6. Haz ejercicios que tonifiquen tu espalda
Además de ayudar a controlar tu peso, eliminar grasa localizada y fortalecer huesos y músculos, la actividad física te permitirá tener una espalda más estilizada. Los expertos recomiendan hacer ejercicio de manera constante, al menos 30 minutos diarios, 5 veces por semana.
A continuación verás una rutina muy sencilla que puede llevarte a conseguir una espalda delgada y libre de “rollitos” o “michelines”. Haz 3 series de 30 segundos por cada ejercicio. Usa mancuernas o elementos con peso si deseas agregar un poco de dificultad.
- Coloca tus manos al costado de la cabeza, formando con tus brazos un par de ángulos de 90 grados a la altura de los hombros. Muévelos hacia atrás tratando de mantener tal posición mientras repites el ejercicio.
- Levanta y estira completamente tus brazos hacia arriba. Muévelos nuevamente hacia atrás, contrayendo tu espalda.
- Estira los brazos a la altura de los hombros, como si estuvieses formando una cruz. Repite el movimiento de los ejercicios anteriores, tratando de mantener tus brazos estirados en todo momento.
- Con tus brazos, forma un ángulo de 90 grados hacia adelante, asegurándote de que tus palmas miren al suelo. Mueve los codos hacia atrás lo que más puedas y repite manteniendo esta posición.