Cómo usar el rodillo facial correctamente
El rodillo de jade se ha convertido en una herramienta popular en la rutina de cuidado facial. Algunos de sus beneficios incluyen reducir la hinchazón y relajar los músculos, ambos muy importantes a la hora de lucir una piel fresca y radiante.
Ideas en 5 minutos ha preparado una guía práctica para utilizar este implemento adecuadamente.
1. Prepara tu rostro
Para reducir la hinchazón y refrescar tu piel al levantarte, es recomendable realizar este tratamiento de belleza por las mañanas, siguiendo estos pasos:
- Enfría el rodillo: Recuerda guardarlo en la nevera por las noches para acelerar este proceso. De lo contrario, déjalo enfriar por 15 a 20 minutos.
- Limpia tu cutis: Puedes seguir tu rutina de limpieza normal, asegurándote de eliminar toda la suciedad antes de empezar.
- Aplica un serum o una loción hidratante: El movimiento del rodillo puede ayudar a que estos productos se absorban mejor en tu piel.
2. Comienza el masaje
- Para mejores resultados, pasa suavemente el rodillo de 10 a 20 veces por cada zona, sin ejercer demasiada presión. Realiza movimientos desde el centro hacia afuera para fomentar el drenaje de fluidos.
- Empieza moviendo el rodillo desde el centro de tu frente, justo por debajo de la línea del cabello hacia tus orejas. Continúa en esta zona enfocándote en las líneas de expresión y el ceño.
- Utiliza el rodillo pequeño para masajear los párpados superiores e inferiores, yendo desde la esquina interior de los ojos hacia afuera.
- Debido a la sensibilidad de esta zona, asegúrate de ejercer una presión media a baja.
- Con el rodillo grande, masajea desde la nariz hacia las orejas.
- Luego, sigue con los labios superior e inferior con movimientos de adentro hacia afuera. Para mayor comodidad, utiliza el rodillo pequeño en este paso.
- Continúa con movimientos desde la línea inferior del mentón hacia el lóbulo de la oreja, siguiendo el contorno de la mandíbula.
- Ve desde el mentón hacia las mejillas de forma ascendente.
- Luego, masajea desde la barbilla hacia el cuello en dirección al hueso de la clavícula, en movimientos descendentes.
3. Limpia tu rodillo
- Prepara una mezcla de agua tibia y jabón neutro.
- Lava el rodillo cuidadosamente. También puedes sumergirlo por unos minutos para una limpieza más profunda.
- Remueve el exceso de agua con una toalla limpia, sin restregar. Luego, déjalo sobre ella hasta que se seque completamente.
- Guárdalo envuelto en un trozo de tela o en un bolso aparte, en un lugar libre de humedad y calor.
Recomendaciones generales
- Elige el material correcto: Para evitar que tu rodillo guarde bacterias que puedan causar alergias u otros problemas en la piel, asegúrate de que posea una superficie lisa y no porosa.
- Ejerce la presión adecuada: Al pasar el rodillo sobre tu rostro, no deberías sentir ningún tipo de dolor ni fuerza.
- Consulta a un especialista: Aunque este implemento es apto para casi todos los tipos de piel, es recomendable visitar a un dermatólogo para identificar alguna condición que contraindique su uso.
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