Cómo hacer abono en casa
Hay diferentes formas de hacer abono, pero la idea general sigue siendo la misma: enriquecer la tierra con los nutrientes de las sobras que generan casi todos los hogares.
Ideas en 5 minutos eligió un método que es fácil de implementar en casa y que no requiere herramientas especializadas.
1. Selecciona los contenedores y taladra agujeros en el contenedor principal
Puedes comprar un contenedor de abono o hacer uno tú mismo en casa. Es bastante simple, solo tienes que tener en cuenta que tu contenedor principal tiene que ser lo suficientemente grande como para recoger un cúmulo de unos 90×90×90 cm. Se supone que tiene que ser así el cúmulo porque:
- si no pones suficiente abono, el cúmulo no será capaz de calentarse y descomponerse;
- si pones demasiado, será difícil que se mezcle.
Taladra algunos agujeros en el fondo del recipiente principal. También necesitarás un recipiente más pequeño, pero más ancho sobre el que puedas colocar el principal. Este segundo recipiente recogerá los líquidos sobrantes que necesitarás más adelante.
2. Reúne los ingredientes, pero mantenlos divididos
Mantener los ingredientes divididos te ayudará a comprobar fácilmente las proporciones (para más información, mira el bono al final del artículo). Aquí están los ingredientes que necesitarás:
- Cáscaras de huevo: son ricas en carbonato de calcio, que ayuda a las plantas a desarrollar paredes celulares más fuertes.
- Hojas de neem: son conocidas por actuar como fertilizante para plantas y gusanos y como pesticida contra los insectos.
- Tierra de jardín: debe estar seca cuando se agregue. La tierra evita que el compost atraiga insectos y moscas, además de que es rico en microorganismos necesarios para que comience el proceso de descomposición. También mantiene alejados los malos olores.
- Compost: necesitarás un poco de abono o un acelerador de compostaje porque contiene microbios que ayudarán a descomponer tu lote de contenido orgánico, así como nitrógeno.
- Cáscaras de plátano: agregan potasio y pequeñas cantidades de nitrógeno, fósforo y magnesio a la mezcla.
- Sobras de cocina verdes: son ricas en nitrógeno. Pueden incluir cualquier cosa, desde ensaladas, patatas, cebollas y cáscaras de zanahoria, solo por nombrar algunas.
- Otros ingredientes opcionales: estos incluyen (pero no se limitan a) astillas de madera, paja o heno, podas de arbustos, agujas de pino, papel triturado y posos de café.
- Evita a toda costa: carne o productos animales (huesos, pescado, huevos, mantequilla, yogur, etc.), cenizas de carbón, maleza o semillas de maleza y excrementos de mascotas. Esto se debe a que tardan demasiado en descomponerse y tienen un tipo diferente de bacteria que hace que atraigan a los carroñeros. Los químicos sintéticos tampoco son una buena adición a su mezcla.
3. Corta los ingredientes en trozos más pequeños
Corta todos los componentes en pedazos más pequeños para asegurarte de que el proceso lleve menos tiempo. Asegúrate de mantener todos los ingredientes separados.
4. Empieza a crear las capas
Comienza haciendo una capa de tierra de jardín de 3 cm y luego una capa de compost de 3 cm. Cúbrelos con capas delgadas de restos de cocina, cáscaras de plátano, cáscaras de huevo y hojas de neem en ese orden. Repite el proceso tanto como sea necesario para llenar el recipiente aproximadamente 3/4 de su capacidad. Agrega la última capa de tierra del jardín para evitar que se escapen los olores y presiona la mezcla con la mano.
5. Riega bien y colócalo a pleno sol
El calor de la luz solar acelerará el proceso de descomposición de los desechos orgánicos. Sin embargo, debes tener cuidado de no dejar que el compost se seque demasiado. La cantidad de agua que necesitará tu abono depende de qué tan cálido sea el clima. Asegúrate de que el abono se mantenga húmedo, pero no demasiado húmedo. El compost funciona mejor con un contenido de humedad del 40 a 60 % y debe calentarse a temperaturas de 60 a 70 °C.
- Si el compost está demasiado frío: es probable que esté seco y los microbios hayan muerto. Intenta agregar más agua.
- Si el compost huele mal: es posible que estés agregando demasiada agua. Intenta agregar astillas de madera para aliviar el problema.
6. Reutiliza el líquido drenado recolectado
Después de dos días aproximadamente, verás que el agua se escurre hacia el segundo recipiente. No la tires. En su lugar, reutilízala para regar la mezcla de abono. Es rica en bacterias que son beneficiosas para el abono y las plantas. Después de 15 días puedes dejar de recolectar esa agua.
7. Mezcla todas las capas
Si estás haciendo tu abono durante una temporada cálida, debe esperar aproximadamente 2 semanas antes de mezclar todos los ingredientes. Durante el invierno espera entre 20 y 22 días. Mezclar el cúmulo ayuda a airear la mezcla para permitir que penetre suficiente oxígeno para que se desarrollen los microorganismos. Como regla general, mezcla todo el cúmulo cada pocos días después de la primera vez. Después de 40 días, es posible que también se desarrollen lombrices de tierra.
- Si la temperatura alcanza su punto máximo y luego baja: si después de haber mezclado los ingredientes nota una caída repentina de temperatura, es hora de mezclarlo / darle la vuelta al cúmulo nuevamente.
8. Cúbrelo con hojas secas y agrega agua
Ahora que el proceso de compostaje ha comenzado realmente, cúbrelo con hojas secas o cualquier cosa que tengas que pueda ayudar a retener la humedad y el calor.
Antes de usar el abono en tu jardín, espera alrededor de 2 a 3 meses durante los cuales tendrás que prestar atención a la temperatura, la humedad (ver el paso 5), la aireación (ver el paso 7) y la proporción de carbono a nitrógeno (ver el bono). Para almacenar el abono, retira las hojas que lo cubren y guárdalo en bolsas. Mantenlo alejado de la luz solar directa y asegúrate de que se mantenga húmedo.
- El compost puede perder sus nutrientes con el tiempo. Puedes repetir todo el proceso durante el año para mantenerlo vivo, siempre teniendo en cuenta la relación carbono-nitrógeno.
Bono: la relación carbono-nitrógeno
En términos generales, hay 2 tipos de ingredientes que usarás para hacer el abono:
- Los ingredientes marrones son ricos en carbono. Estos incluyen hojas de otoño / neem, tierra, cartón triturado, tallos de maíz, periódicos triturados, agujas de pino, paja y astillas de madera.
- Los ingredientes verdes son ricos en nitrógeno. Estos incluyen cáscaras de huevo, cáscaras de plátano, restos de verduras, desechos de frutas crudas en general, alfalfa, heno, estiércol, café y pasto.
El objetivo es mantener siempre una proporción de 25 a 30 partes de carbono por 1 parte de nitrógeno mezclando los ingredientes correctamente. Hay una cantidad infinita de recetas que puedes usar, la sugerida en el punto 2 de este artículo es solo una de ellas. La elegimos porque es simple y usa ingredientes que probablemente ya tengas a mano.