Ideas En 5 Minutos
Ideas En 5 Minutos

Qué tipos de callos hay

Probablemente todo el mundo esté familiarizado con el fenómeno de los callos y las ampollas. En cuanto te pones zapatos incómodos o nuevos y los llevas durante una hora, la piel de los pies se convierte en una dolorosa ampolla o un callo molesto. Sin embargo, no son todos iguales: hay varios tipos de callos.

En Ideas en 5 minutos, investigamos en qué se diferencian y qué hay que saber sobre cada uno de ellos.

❗ Importante: este artículo fue creado con fines meramente informativos y no sustituye las recomendaciones de los expertos.

Callo blando

Los llamados “callos blandos” suelen formarse entre los dedos de los pies. Con mayor frecuencia, se producen entre el cuarto y el quinto dedo (meñique) del pie, pero también pueden aparecer en otros lugares. Este tipo es uno de los más dolorosos. Se producen cuando los huesos de los dedos del pie se rozan entre sí, mientras que los zapatos inadecuados o incómodos pueden empeorar la situación. Los callos blandos son peligrosos porque pueden infectarse, por lo que deben ser examinados por un médico.

En las primeras etapas de la formación del callo, vale la pena examinarlo cuidadosamente. Un hisopo de algodón o una almohadilla de tela suave colocada entre los dedos puede ayudar a reducir las molestias y el dolor.

Medidas de prevención:

  • Elegir buenos calcetines que sean adecuados para ti.
  • Usar preferentemente zapatos que no aprieten el pie.
  • Optar por los zapatos que proporcionen al pie un buen soporte.

Callo duro

Son capas de piel pequeñas y duras que suelen formarse en las puntas de los dedos de los pies, donde el hueso presiona contra la piel desde el interior. Por lo general, no son más grandes que un chícharo y son muy duros al tacto. Se forman, en particular, si los zapatos son bastante apretados, los dedos tienen que doblarse y las articulaciones se apoyan en la parte superior interna de los zapatos. Los callos duros a menudo son causados por una combinación de zapatos apretados y alguna deformación de los dedos de los pies.

Por lo tanto, se puede mejorar la situación también de dos maneras: prestando atención a los zapatos anchos y cómodos y resolviendo los problemas con los dedos. Por ejemplo, las plantillas ortopédicas o las almohadillas pueden ayudar.

Callosidades

En comparación con los callos mencionados anteriormente, las callosidades tienen una forma más desigual e irregular. Es probable que notes callosidades en las plantas de los pies, en las zonas que soportan tu peso: el talón, el dedo gordo, la almohadilla y los laterales del pie. Tener un cierto grado de estas callosidades en la planta del pie es normal. Sin embargo, existen puntos que pueden agravar la situación:

  • Elegir zapatos con tacón.
  • Llevar zapatos sin calcetines o con calcetines muy finos.
  • Estar de pie durante mucho tiempo y hacer deporte prolongado.
  • Edad avanzada: con la edad, disminuye la cantidad de tejido adiposo en las almohadillas de los pies.

Algunas medidas sencillas pueden ayudar prevenir la agravación de las callosidades. Por ejemplo: el lavado diario de los pies, la exfoliación, el uso cuidadoso de la piedra pómez en las zonas endurecidas de los pies y, por supuesto, un calzado cómodo.

Compartir este artículo