Ideas En 5 Minutos
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Cómo cuidar una orquídea

Las orquídeas de interior son unas de las flores más hermosas que puedes cultivar en tu ventana. Algunos tipos de orquídeas no requieren cuidados especiales, otros, por el contrario, son plantas bastante caprichosas. Sin embargo, si logras crear las condiciones adecuadas para ellas, te deleitarán con su hermosa floración más de una vez.

Ideas en 5 minutos te contará a qué hay que prestar atención si estás cultivando orquídeas.

Qué tipo de iluminación necesita una orquídea

Las orquídeas son plantas amantes de la luz, pero la luz solar directa es peligrosa para ellas: pueden aparecer quemaduras en las hojas debido al sol brillante. Lo mejor es colocar estas flores en áreas con luz difusa o en ventanas que miran al este o al sur.

Si no estás seguro de si la luz de tu ventana es apta para la orquídea, haz una prueba simple. Durante el día, cuando el sol está brillando al máximo, coloca tu mano unos centímetros por encima del nivel de la flor y mira la sombra que proyecta. Si casi no hay sombra en la planta, entonces la intensidad de la luz de la orquídea es demasiado baja, si se ve una sombra oscura, la luz es demasiado brillante y fuerte. Si la mano proyecta una pequeña sombra de un color gris claro, la iluminación de la planta se eligió perfectamente.

Cómo regar las orquídeas correctamente

A pesar de que en la naturaleza el entorno habitual de las orquídeas son los bosques tropicales, en casa estas plantas no necesitan un riego abundante. Una gran cantidad de agua puede pudrir las raíces de estas flores.

Para evitar que esto suceda, utiliza uno de los tres métodos de riego más populares.

  • Inmersión

1. Toma una palangana, un balde u otro recipiente bastante profundo. Coloca la maceta con las orquídeas dentro (asegúrate de que tenga orificios de drenaje).

2. Vierte agua a temperatura ambiente en el recipiente de modo que el nivel del líquido esté justo debajo del borde de la maceta.

3. Deja la maceta en el agua durante 10 a 15 minutos, deja escurrir el exceso de agua y luego devuelve la maceta a su lugar original.

4. Puedes humedecer la tierra de esta forma aproximadamente una vez a la semana.

  • Riego de raíces

1. Asegúrate de que tus macetas tengan orificios de drenaje a través de los cuales el exceso de humedad pueda escapar del recipiente. Si estos agujeros no están ahí, ten cuidado con este tipo de riego o considera cambiar tu maceta.

2. Vierte aproximadamente un vaso de agua en cada maceta de orquídeas, cada semana.

3. Asegúrate de que no quede agua en los agujeros entre las hojas. Esto puede provocar la pudrición.

  • Cubos de hielo

Los cubos de agua congelada son una excelente manera de regar tus orquídeas. Ayudarán a mejorar la absorción, evitarán que riegues la planta en exceso y, por consiguiente, la pudrición de las raíces.

Coloca un cubo de hielo en la tierra debajo de las hojas dos veces por semana.

Mira las raíces de la orquídea para determinar si la planta necesita riego. Si tienen un color verde bastante intenso, entonces la flor está recibiendo suficiente agua. Si las raíces son más bien marrones, el riego debe reducirse significativamente, si el color es blanco grisáceo, hay que aumentar la cantidad de agua proporcionada.

También puedes comprobar la humedad del sustrato metiendo el dedo en él. Si, al sacarlo, está completamente seco, no hay suficiente humedad. Si sientes que tu dedo está humedecido, no se requiere riego para la planta.

Cómo mantener la humedad

Además del riego, también hay que humedecer regularmente las hojas y las raíces aéreas de las orquídeas. Para mantener un ambiente favorable, es necesario rociar las plantas con agua un par de veces al día.

De ser posible, no uses agua corriente para hacerlo, que puede contener impurezas dañinas para la planta. Es mejor regarla con agua hervida o sedimentada.

Cómo fertilizar una orquídea

Los expertos aconsejan fertilizar las orquídeas con regularidad y utilizar fertilizantes complejos que no contengan urea. Puedes utilizar un fertilizante diseñado específicamente para orquídeas o un fertilizante universal para plantas de interior.

Controla la cantidad y la frecuencia de la fertilización. Es mejor fertilizar la planta un poco más a menudo y en pequeñas porciones que usar la cantidad completa del fertilizante una vez al mes.

Presta atención al estado de la planta antes de fertilizarla. Si la flor está creciendo activamente, asegúrate de fertilizarla bien; si no se siente bien, deja de fertilizarla por un tiempo. Además, asegúrate de que el producto no llegue a las flores y a las hojas: el fertilizante puede dañarlas.

Con qué frecuencia hay que replantar una orquídea y cómo hacerlo correctamente

No hay que trasplantar las orquídeas innecesariamente, ya que eso podría estresarlas. En promedio, alcanza con cambiar el sustrato en la maceta por uno nuevo cada 1 o 2 años. Durante este tiempo, las partículas del suelo se destruyen y se forma una cantidad importante de raíces muertas, que deberán eliminarse durante el trasplante. Además, la orquídea necesita un trasplante cuando el recipiente se vuelve demasiado pequeño para ella. Cuando la flor parece comenzar a salir de la maceta, es hora de trasplantarla.

Importante: es mejor trasplantar una orquídea después de su floración, antes de que llegue su período de inactividad.

Al trasplantar una planta, sigue el siguiente esquema:

1. Elige el sustrato y la maceta para la planta. Si estás trasplantando la orquídea a un recipiente más grande, guíate por el hecho de que la planta tendrá que permanecer en esa maceta durante aproximadamente 2 años.

2. Si la tierra nueva de la tienda resulta estar seca, antes de trasplantar, humedécela previamente, sumergiéndola en agua durante 1 a 2 horas. También puedes eliminar el exceso de polvo pasando el sustrato a través de un filtro de malla fina y enjuagándolo con agua corriente.

3. Desinfecta la herramienta con la que podarás las raíces de la orquídea. Puedes calentarla en la estufa, hervirla o sumergirla en una solución desinfectante durante 20 minutos. Las orquídeas son muy susceptibles a los virus, por lo que siempre se debe usar una herramienta estéril al trasplantarlas y podarlas.

4. Retira con cuidado la orquídea de la maceta. Si algunas raíces no pueden sacarse enteras, recórtalas cuidadosamente. Si la maceta que le quedó pequeña a la planta es de plástico, se puede cortar para extraer el sistema de raíces con el daño mínimo.

5. Enjuaga las raíces con agua tibia, eliminando los restos del sustrato viejo.

6. Corta con una herramienta limpia las raíces viejas y podridas, las hojas amarillas y los bulbos marchitos.

7. Coloca la orquídea en la maceta nueva y luego agrega el sustrato. El suelo debe llegar a la base de la orquídea.

8. Usa los dedos para apisonar ligeramente el sustrato alrededor de las raíces. Inclina la maceta de lado a lado para distribuir la tierra entre las raíces.

Cómo elegir un sustrato para el trasplante

Para sentirse bien, las orquídeas necesitan un suelo que se drene rápidamente y retenga la humedad. Puede ser musgo sphagnum, una mezcla a base de turba o corteza de árbol.

Al elegir un sustrato, guíate por el género de la planta. Es mejor que PhalaenopsisCattleya se sequen entre los riegos, por lo que es preferible una mezcla a base de corteza para ellas. Una Cypripedium calceolus (zapatilla de dama) o Phaius tankervillae, también conocida como la orquídea de la monja, se sentirán más cómodas creciendo en musgo, ya que no les gusta secarse.

Cómo podar una orquídea

Los tallos de la mayoría de las orquídeas (con la excepción de la Phalaenopsis) no vuelven a florecer y necesitan poda después de la floración. Los tallos de Phalaenopsis pueden florecer nuevamente, pero las flores serán más pequeñas.

Evalúa el estado del tallo antes de podarlo. Si el tallo es de color marrón, lo más probable es que esté seco y deba podarse por completo. En este caso, toda la rama se retira con un instrumento esterilizado; el corte se realiza a un nivel de aproximadamente 2,5 cm por encima de la base. Si el tallo es verde y sano (sin signos de enfermedad o desecación), debe cortarse justo encima del nudo donde apareció la primera flor. Esto permitirá que aparezca un nuevo escape.

Importante: corta los tallos de la planta en diagonal.

Además, con buen cuidado, en el tallo de la orquídea pueden aparecer keikis: embriones de nuevas orquídeas. Cuando sus raíces crezcan unos centímetros, los bebés se pueden separar del tronco de la madre y trasplantar en su propia maceta.

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