Cómo hacer que tu cama sea más cómoda
Es probable que tu cama no solo sea el lugar donde duermes bien por la noche, sino también donde puedes relajarte, leer un buen libro o ver tus series favoritas. Como estas actividades pueden hacer que pases mucho tiempo tumbado en este mueble, es importante que sea lo más acogedor posible.
En Ideas en 5 minutos te damos algunos consejos para que tu cama sea aún más cómoda de lo que ya es.
1. Gira y voltea el colchón
Muchos colchones vienen con una capa superior que no requiere ser volteada. Sin embargo, también es posible que tu colchón no tenga esta característica, ni una parte inferior o superior definida.
Si ese es el caso, voltear y girar el colchón con regularidad puede ayudar a que cada lado se utilice por igual, y así evitar que los muelles o la espuma se desgasten más rápido en un extremo. Al mismo tiempo, esto reducirá el riesgo de que se formen bultos incómodos y así prolongarás la vida útil de tu colchón.
2. Elige la almohada adecuada
Una almohada adecuada puede marcar una gran diferencia en la calidad del sueño, ya que ayuda a mantener la columna vertebral alineada. Además, una almohada que proporcione una postura saludable puede evitar que te despiertes con dolor por la mañana, ya que proporciona a tus hombros, cuello, espalda y caderas el apoyo que necesitan.
Aunque el tipo de almohada que eliges se basa principalmente en las preferencias personales, conseguir la adecuada puede depender de tu posición para dormir, ya que esto puede determinar la cantidad de apoyo que necesitarás de la almohada. Por lo tanto, es conveniente tener en cuenta la siguiente información para asegurarte de elegir la mejor opción.
- Los que duermen boca arriba: la almohada debe proporcionar apoyo al cuello y a la cabeza, pero hay que evitar que el cuello se coloque en un ángulo poco natural. Por lo tanto, es recomendable conseguir una almohada de grosor medio que no sea demasiado plana ni demasiado llena.
- Los que duermen de lado: la almohada debe sostener la cabeza, proporcionándole una posición neutral para que esté alineada con la columna vertebral. Dado que el hombro recibe la mayor parte de la presión cuando se duerme de lado, la mejor opción es una almohada más llena y firme que alivie parte de este peso.
- Los que duermen boca abajo: esta posición se considera la más estresante para el cuello y la espalda, por lo que es recomendable intentar acostumbrarse a dormir en una posición diferente. Sin embargo, mientras tanto, se debe optar por una almohada más blanda y un poco menos llena, ya que esto ayudará a que la columna se mantenga lo más neutral posible.
Al mismo tiempo, es importante encontrar el tamaño adecuado de almohada. En la tabla de arriba, verás los tamaños recomendados según la estatura, el tipo de cuerpo, la distancia entre el cuello y el hombro y la posición para dormir.
3. Di no a las sábanas bajeras ajustables
Dado que los colchones tienen diferentes grosores, las sábanas bajeras ajustables pueden no quedar como se supone, haciendo que tu cama se vea mal e incómoda. Por ello, es recomendable utilizar una sábana plana grande y meterla lo más ajustada posible alrededor del colchón. Si es necesario, consigue una sábana que esté una talla por encima de tu colchón.
Puedes hacer esquinas de hospital para asegurarte de que tu sábana bajera plana se ajuste perfectamente alrededor del colchón. Para ello, sigue estos pasos:
- Coloca la sábana sobre el colchón y métela debajo de él por el extremo inferior, asegurándote de que esté lisa y ajustada.
- Toma el extremo inferior y dóblalo hacia arriba como en la imagen, creando un pliegue a lo largo del borde superior del colchón .
- Mete la parte colgante de la sábana.
- Dobla la parte superior y métela debajo del colchón.
4. Asegúrate de usar la ropa de cama adecuada
Si tiendes a pasar demasiado calor bajo las sábanas, los materiales transpirables permitirán que el aire fluya y mantenga tu cuerpo a una temperatura agradable. Las mejores opciones suelen estar hechas de materiales naturales, como algodón orgánico y seda. Al mismo tiempo, estos pueden absorber el sudor para proporcionarte una mayor comodidad.
Por otro lado, las sábanas más gruesas pueden ser una mejor opción si sueles pasar frío al dormir. En este caso, las sábanas de franela pueden funcionar, ya que te darán el calor que puedas necesitar.
💡 Coloca una manta al final de tu cama. Extiende una manta de algodón o de lana en el extremo inferior de la cama. Utiliza una manta suave y acogedora, como una de punto grueso para las noches de otoño o invierno, o una manta ligera para las estaciones más cálidas.
5. Consigue un cojín de soporte y ruedas antideslizantes
Si te gusta leer en la cama o apoyarte en el cabecero, coloca un cojín de soporte en la esquina donde se unen el colchón y el cabecero. No solo se sentirá bien, sino que además no supondrá ningún trabajo extra, ya que no es necesario quitarlo para hacer la cama.
Al mismo tiempo, es recomendable poner ruedas antideslizantes bajo los pies de la cama para asegurarte de que no se mueva.
6. Deshazte de la sábana encimera
En su lugar, coloca un edredón dentro de una funda nórdica de lino para utilizar la funda como sábana encimera. Cuando tienes un edredón, la sábana encimera puede acabar envolviéndose alrededor de tus piernas mientras duermes y finalmente salir de debajo del colchón. Por lo tanto, lo mejor es quitarla por completo.
💡 Como un bono adicional, eliminar la sábana encimera te ayudará a hacer la cama más rápido por la mañana.